El libro de Teddy Wayne es una inspiración que debería ponernos a pensar a todos sobre el papel que jugamos en la industria del espectáculo y como dentro de los grandes monstruos- que agotan las entradas y venden tanto en la televisión como en las redes sociales digitales- se esconden los más temibles y abominables sentimientos humanos.
Comencé a leer el libro asumiendo una realidad que es necesario recordarnos todos los días: todo lo que escuchamos en la radio, lo que nos gusta y lo que no, ha sido construido a través de nuestros consumos. Siempre que pienso esto, y escucho en el auto o en el autobús una de esas horribles canciones, desafortunadamente pegajosas, me imagino a una adolescente en la escuela que lleva una playera de One Direction oculta en el uniforme, cuya obsesión, junto a la de millones de niñas de su edad son las responsables, no solo de que los hijos de puta estén hasta en el cereal, que ya es en cierta parte un crimen, sino de que las grandes empresas piensen que todos somos sumamente felices escuchando la basura que interpretan.
La misma cosa, estoy segura, pasa en México con la música ranchera, los narcocorridos, et-al, e incluso, supongo que en otras décadas pasó con bandas que hoy yo considero geniales y que pudieron no serlo para todos los seres humanos de aquella época.
La Canción Romántica de Jonny Valentine es el segundo libro de Teddy Wayne, el primero que yo leo. Aborda la vida de un supuesto cantante pop pre-adolescente que la gente, pero sobre todo las niñitas precoces, ama, admira y apoya realizando clubs de fans que parecen autenticas empresas de espionaje, hostigando con comentarios dulces (como si alguien fuera a leerlos), y defendiendole hasta la muerte contra sus detractores en las redes. La estrella ficticia fue descubierta en Youtube (¿suena familiar?), es un niño con voz suave cuyo mayor miedo es que uno de sus bailarines no use la pierna correcta en el show, que no le salga un grano en la cara y jugar videojuegos.
La narrativa del libro no es la común, no es un cínico intelectual con aires de superioridad, es un verdadero álbum de historias que pasan de lo ridículo a lo trágico cuando nos damos cuenta de que el personaje principal es un niño de once años inmerso en el asqueroso, tramposo y mundano de las estrellas blancas del espectáculo.
Hay partes desgarradoras y tristes, pero apenas se perciben, hay en el fondo una crítica voraz al mundo de los espectáculos que hacen a estas estrellas crecer. El que habla en primera persona es el propio Jonny Valentine, que parece a veces desapegado por su destino y mezcla su imperiosa necesidad por crecer y mandarse, al mismo tiempo de que se convence, o su madre y manager lo convence, de que un niño convencional no sería tan feliz como ellos y su fortuna. Las conocidas y sobadas formulas para la fama de desmenuzan aquí, las mismas que a su vez, banalizan al arte y a la cultura convirtiéndolo todo en una imposición del mercado y no una demanda de los consumidores de entretenimiento, en este caso.
Lo que más me dejó este libro es la clara participación de todos los factores a que casos absurdos- como los de Miley Cyrus, en su tiempo Britney– sigan ocurriendo ocultos bajo un telón de talento nato y gusto por los escenarios que rara vez existe. No se trata de juzgar, por supuesto, pero el libro de Teddy Wayne abre la boca del lector con la carcajada que provoca la narración de un lugar común de las revistas de espectáculos amarillistas, para luego insertar la cucharada violenta y decirnos: todos nosotros somos un poco culpables de Jonny Valentine.
Los que damos likes, los que publicamos notas basura de bandas basura, los que leemos chismes en la farándula, en fin, los que alimentamos a la industria como a un monstruo come niños.
Cambie usted ese nombre por el que más se acerque a la realidad. No es mera coincidencia.
Si quieres más información sobre el libro ingresa a la editorial Blackie Books: www.blackiebooks.org
Sobre Teddy Wayne
Ha estudiado en las universidades de Harvard y de Washington, en St. Louis, y sus textos suelen aparecer en publicaciones como el New Yorker, el New York Times, Vanity Fair, McSweeney’s y el Wall Street Journal. Vive en la fabulosa ciudad de Nueva York. Su primera novela es Kapitoil, (Blackie Books, 2011)