El amor y el sufrimiento son un binomio que algunos creen inseparables y que si lo hicieran, el amor por si solo no tendría sentido.
El amor y sus dramas
Hay amores sufridos que nos hacen imaginar que el dolor es aquel ingrediente en una relación que hará que esta sea igual, o parecida, a una canción de pasión y desgarre, y a todas esas novelas donde el amor pende de un hilo y de una tonelada de dramas emocionales y mentales. Pareciera que hasta anhelamos, no todos, que el amor nos maltrate para comprobar su existencia, y no necesariamente necesitamos tener en físico a un Christian Grey y su látigo; basta con que busquemos esa parte sado y/o masoquista en el amor para creer que este es el que dará color a nuestra novela de ficción autobiográfica.
Es verdad que la pasión es una plataforma para que el amor se muestre, pero a veces la confundimos con ese sentimiento de dolor e incertidumbre- tal cual como nos la brinda una adicción- donde colgamos de un péndulo nuestras emociones y el sube-baja hace que nuestra adrenalina se dispare y queramos subirnos una y otra vez. Queremos sentir esa extraña sensación de placer y angustia a la vez. Sin embargo esto no durará para siempre, y tampoco es lo mas sano para nuestra paz interna.
El otro día oía a un guía espiritual que decía que vivir en el sufrimiento pareciera que se aprende de los demás; que es cómo cuando estás en la estufa y te quemas, sí duele e internamente sabes que no es correcto por que causa dolor y tomas precauciones pero, ¿que pasa si la mayoría a tu alrededor se sigue quemando a pesar del dolor?, Tu conciencia colectiva aprende que quemarse aunque duela es lo normal y si no te cuestionas demasiado, te quemarás por que los demás lo hacen y “es lo usual”. Pues lo mismo pasa con las relaciones, vemos a muchos tener problemas, que sufren, que aman, que lloran, hasta algunos dicen que sin esos contrastes la relación seria aburrida (cada relación tiene sus dramas, teatros, reveses, paranoias y neurosis). Y por esto mismo creemos que si duele el amor es normal.
El amor se goza
El amor, a mi parecer y el de muchos, no es sufrimiento ni mucho menos. El amor que nos dará paz tiene muchas virtudes: complicidad, alegría, empatía. Con esto no quiero decir que no habrá tiempos difíciles ya que una relación se construye con todo y nuestros defectos, pero no se sufre de una manera en que nuestra integridad se ve lastimada y herida, sino que el mismo amor y respeto que se tienen el uno al otro también se tiene hacia uno mismo y esto hace que las dificultades sean un trabajo de crecimiento personal y de la relación.
No es fácil desapegarnos de las malas costumbres que nos enseñaron para amar, pero ya ya tenemos la libertad de poder cambiar esos patrones con el acercamiento a la información de este tipo.
Ese amor que nos pintan las canciones, los libros y el cine, me gustan para leerlos, escribirlos y quererlos en la ficción, en ese escondite de mi mente que gusta de el arte y de sus bajas y elevadas pasiones, y hasta allí llegan. En mi vida quiero un amor con pa(z)sión, sí también con compasión, por que para dramas están los actores, y yo quiero algo REAL.