Por lo general, antes de ir a un concierto me gusta prepararme un poco para saber más o menos qué esperar. Nada del otro mundo: normalmente reviso el setlist promedio y veo videos de otras presentaciones en vivo, pero ningún video en YouTube me pudo haber preparado para la energía de la presentación de Ariel Pink este pasado 15 de febrero en el C3 Stage.
Por Liliana Cantú, fotografías de Noé Blanco para Kä Volta
Casi en punto de las 10 de la noche, Pink salió al escenario junto con sus músicos vistiendo un outfit increíble. Su camisa con lentejuelas azules acompañada de una cangurera es algo que a poca gente se le vería bien, pero de alguna manera él lo hace funcionar sin mayor esfuerzo.
La primera canción del setlist fue Nighttime is Great!, la cual marcó el mood de la velada. Mi primera impresión fue sentirme como si estuviera en The Rocky Horror Picture Show. No viendo el espectáculo, sino formando parte de él. Después pasamos a algo menos sombrío y más alegre con Put Your Number in my Phone, la cual fue muy bien recibida por el público.
Varios detalles del concierto me dejaron con una muy buena impresión. Una de ellas fue que los músicos realmente parecían entregados a lo que estaban tocando. A veces, cuando un artista solista trae a músicos consigo, se ven como si sólo estuvieran ahí haciendo su trabajo. Este no era el caso en lo absoluto. Quizá tiene mucho que ver con que varios de ellos ya tengan un buen rato tocando juntos, como es el caso de Don Bolles, quien hacía los coros, tocaba el pandero y usaba el sombrero más cool de todos.
Tal vez esa misma energía del escenario se transmitió a los presentes, ya que la segunda grata sorpresa que tuve fue la respuesta del público. Vi muy pocos celulares en el aire, y la gente parecía realmente inmersa en lo que estaba viviendo. La energía de uno se transmitía al otro, haciendo que todo el recinto formara parte del ambiente.
El show duró alrededor de una hora y media, en el cual Feels Like Heaven y Baby fueron de las canciones más coreadas. Dedicated to Bobby Jameson no podía faltar en el tour con el mismo nombre, y fue parte del encore que dio fin al concierto.
Podría escribir mil palabras más sobre esta experiencia, pero creo que difícilmente le podría hacer justicia. Esperemos que Ariel regrese pronto a nuestro país para que más gente pueda disfrutar de este espectáculo tan único.