DETESTO (con mayúsculas) ver a niños pasándola mal en los restaurantes.
Me choca escucharlos llorar o que están hartos, y no porque no entienda sus sentimientos… por el contrario, lo que más me pone de malas es que sus adultos no los consideraron y a la hora de llevarlos a estos lugares, no traen ni juguetes, ni objetos de su interés, ni siquiera hay comida que les gusta, no hay sillas ni espacios para ellos, ni se diga de la comida. Así que en realidad lo que detesto, es que los restaurantes no sean para niños o tengan espacios para niños.
Durante mis 18 meses de ser madre, pero sobre todo el último año, desde que la cría ya come sólidos, esto de darle de comer fuera de la casa ha sido un lio, que al paso del tiempo he ido desenmarañando. Algunas personas que han ido a comer con nosotros se han sorprendido de que la cría puede sentarse a comer con nosotros tranquilamente, conversar y comerse todo.
Después de lo mucho que me han preguntado “que como le hice para que la cría coma todo y tranquilamente en restaurantes”, decidí armar esta nota para llevar niños pequeños a restaurantes.
6-12 meses
Has reservaciones
No importa la edad de tu cría, ni el tipo de comida que comerán. Si el lugar al que irás a comer toma reservaciones, hazla con anticipación. Si no, considera asistir a horas que no está demasiado concurrido el restaurante.
No hay nada que pueda romper más la paciencia de un niño (de cualquier edad) que esperar para entrar, y encima después de entrar tendrá que esperar para que lleguen alimentos y bebidas.
Respeta los horarios
Seguramente has leído que al comenzar el proceso de alimentación complementaria, los horarios son importantísimos. A la hora de salir a comer con las crías es vital respetarlos. No solo los horarios de comer, también los de dormir, jugar y otras actividades.
Si apenas comienzas a salir a comer con él, te recomiendo que planees alrededor. Sal a comer cuando regularmente son sus horas de estar de buenas y convivir con otros. Esto hará que su estadía en el lugar sea más cómoda y tú también lo disfrutes.
Sin miedo, lleva tu carriola
Al principio me daba mucha pena llegar al restaurante o café con mi carriola. Me daba la impresión de que estorbaba. Después me di cuenta que somos igual de comensales como los demás y tenemos derecho a estar allí.
Llevar tu carriola si tu cría aún está muy pequeña, te facilitará mantenerla sentada en un lugar que conoce. Si no quiere comer puede quedarse allí o dormir si se acerca su hora de la siesta.
A la hora de llevar niños pequeños a restaurantes que requieren carriola te recomiendo pedir un asiento extra al hacer la reservación. Es decir, si son 2 di que son 3. De tal manera que cuando llegues a la mesa que te asignen tendrás un espacio extra. Pide que te quiten la silla adicional y coloca a la cría y su carriola en el área que no sea de paso.
Lleva su comida o pide comida para ti qué el pueda comer
Durante los primeros meses, las comidas que le puedes ofrecer a la cría son limitadas o están condicionadas a que estén preparadas de cierta forma. Así que lo ideal es llevar su papilla y no olvides todos sus utensilios, un poco la idea es recrear la experiencia bonita y relajada que tiene en casa, en el restaurante para que la pase bien.
Ahora bien, si pides algo para ti que él pueda comer, el ver que tu comes lo mismo le ayuda a saber que es seguro y algo normal.
12 – 24 meses en adelante
Mira el menú del lugar al que irás con anticipación.
Si cuando vas a ir a comer al lugar, es cercano a la hora de comida de tu hijo, es probable que no tenga la paciencia para esperar la comida como lo haría un adulto, por eso lo ideal es que veas el menú con antelación, eliges que le vas a pedir, y en cuanto llegues al lugar, ordena su comida. No olvides puntualizarle al mesero que es para la cría, muchas veces pueden ofrecerte variantes, como quitarle ingredientes, asegurarte que no tenga picante o incluso una forma distinta de presentación, como darte la carne bien picada.
Después de ordenar su comida, tendrás tiempo para ordenar lo tuyo, que lleguen las bebidas y demás. Probablemente llegará primero la comida de él, podrás darle de comer y una vez que esté satisfecho, podrás comer plácidamente y calientito mientras la cría estará de muy buen humor todo el tiempo que este en el lugar.
Pregunta por sillas para niños
Por cierto, es muy probable que si el menú cuenta con opción para niños, (si ya revisaste antes) el lugar cuente con sillas para ellos.
Si no, te recomiendo pienses en alguna adecuación, ya sea llevar tu propia silla (yo compré Summer N Pop en Amazon), o un cojín para que alcance la mesa. He notado que cuando traen la silla para comer, o ven su silla portátil, la cría automáticamente sabe que vamos a comer y cambia su actitud.
Además cuando pones a los niños a la altura de los demás comensales suelen convivir y la pasan mejor, por ende se divierten más. Ah, y si van los dos papas, pongan la silla entre ustedes dos. Así tendrán manos extra para alimentar a la cría, cuidar que esté segura, convivir y comer.
Lleva sus utensilios
Algo que me ha salvado de muchos desastres y que además hace que la cría entienda el mensaje de “hora de comer”, es llevarle sus utensilios.
Así que soy de las que carga, babero, vaso (con popote o abierto según la etapa), platito y hasta cubiertos. Al ser algo que comúnmente usan en casa identifican el momento y les da una certeza de que sigue.
Sienta al niño en la silla de comer hasta que su comida esté allí.
Otro de los grandes errores es sentar al niño en cuanto llegas al lugar. Los niños tienen un cierto tiempo de tolerancia en la silla de comer, y si después de unos 10/15 min no comen, se van a hartar y querer bajarse, entonces no lo sientes si su comida no está lista, porque cuando sea la hora tampoco va querer estar allí.
Invítalo a participar en todas las actividades y trata de que pruebe de todo lo qué hay en la mesa.
Dales tostadas, pan, queso y aliños de los que están en la mesa. Mientras más participe, le platiques y lo hagas parte, es más factible que entienda la dinámica de comer y se este mucho más tranquilo.
Cuando diga ya bájenme, atiéndelo.
Los niños tienen una tolerancia menor a estar en un mismo lugar, y si no hay nada divertido para ellos obviamente van a querer bajar a explorar.
Dale oportunidad a que lo haga. Bájalo de la silla o tu regazo y vayan a conocer el lugar, tanto el restaurante como los alrededores. Una vez que camine y explore es probable que esté listo para regresar a sentarse otro rato con los adultos. Pero por favor no lo dejes andar y corretear solo, por si seguridad. Los meseros no esperan críos alrededor y si no los ven pueden tropezar con ellos y lastimarlos.
Elige lugares con espacios para niños
Es probable que no todos los restaurantes tengan espacio para que los niños jueguen, y/o que lo que ofrecen a la carta sea del gusto de todos, sin embargo de vez en cuanto elegir un restaurante con juegos, brincolines o áreas para niños, ayudan a que todos – adultos, padres y niños – tengan una buena experiencia.
Planea tus salidas cortas o con varios puntos de movimiento o actividad.
Por ejemplo, comer en un lugar, y luego moverse a tomar el postre a una heladería. Este tipo de actividades hacen que al haber diferentes puntos haya más que explorar. Considera que sean lugares que se puedan recorrer caminando.
Has que su experiencia saliendo a comer sea placentera y considéralo parte de ella.
Salir a comer suele tratarse de convivir, e invitamos a familiares y amigos para pasarla bien. Sin embargo, muchos olvidan que los niños forman parte de esta familia y que de la misma manera tienen que pasarla bien, no solo en los restaurantes de cadena con juegos, si no en cualquier lugar que vayan.
Sin miedo, juega con ellos, canta canciones infantiles, platica o cuéntales cosas en lo que llevan la comida. Es un gran momento para compartir, y que aprendan el arte de la sobremesa que solemos hacer en México. Espero que estas ideas te sirvan para llevar niños pequeños a restaurantes, y disfrútalos en esta etapa, que dura poco. | #KaVolta 🖤