Si has dado click para abrir esta nota, probablemente estés considerando darte la oportunidad de ir a terapia con un/a psicólogo/a y tal vez tengas varias dudas al respecto.
Si es así, has llegado al espacio correcto para saber si es momento de ir a terapia psicológica, y también, conocer varios beneficios que un espacio psicoterapéutico puede ofrecerte. ¡Te invito a que sigas leyendo!
Psic. Carla F. Sánchez Ceballos
Antes que nada, ¿qué es la psicoterapia?
Hablando de términos como “terapia”, “psicoterapia” o “terapia psicológica”, todos pueden ser sinónimos. Seguramente lo que más has escuchado es la palabra “terapia” pero esta no es exclusiva de la labor del psicólogo, si la usas como referencia no te preocupes. En realidad, el término que usamos en salud mental es “psicoterapia”, y los psicólogos/as que dan terapia se les llama “psicoterapeutas”.
Y bueno, ¿qué es la psicoterapia en sí? Es un proceso de trabajo personal que se basa en establecer objetivos con tu psicoterapeuta para hacer cambios en tu vida. La duración puede variar de acuerdo a tus objetivos y frecuencia de sesiones. Lo recomendable es una vez a la semana, al menos en los primeros meses del proceso; posteriormente, se pueden espaciar cada 15 días hasta las revisiones esporádicas.
¿Cómo saber si necesito ir a psicoterapia?
En general, hay una concepción negativa hacia la psicoterapia haciéndonos creer que a esta solo se acude cuando sentimos mucho malestar. Pensamos que hay que esperar a que ya no podamos más para pedir ayuda. Sin embargo, el sufrimiento no es necesariamente la principal ni la única causa que nos pueda hacer ir a psicoterapia. Hay muchas razones para sentir que queremos o necesitamos este espacio.
Te menciono algunas de ellas:
- Potenciar el autoconocimiento y la autocompasión; es decir, buscar una relación más armoniosa y amorosa con un/a mismo/a.
- Querer mejorar relaciones familiares problemáticas.
- Tratar estrés laboral o situaciones complicadas en el trabajo.
- Sensación de insatisfacción general en la vida.
- Estar en una situación de duelo por alguna pérdida: sea por muerte de algún ser querido, cambios grandes (de casa, de trabajo), rupturas amorosas o amistosas, entre otros.
- Cuando no hay la claridad, ni las herramientas para resolver adversidades: es decir, no contar con las estrategias necesarias para resolver lo que nos causa incomodidad o disgusto.
- Sentimientos de soledad.
- Problemas de adicción: alcoholismo, tabaquismo, psicoactivos, apuestas, entre otras.
- Problemas para identificar y aceptar las emociones.
- Sobre pensar recurrentemente.
- Dificultades para dormir tales como: insomnio, pesadillas, sensación de no descanso.
- Problemas de pareja que no sabes cómo abordar y resolver.
- Para mejorar habilidades de comunicación.
- Síntomas de ansiedad y/o depresión, es decir:
- Ansiedad: preocupación excesiva constante, tensión y agitación recurrentes, miedo intenso, sudoración, y otras más.
- Depresión: desesperanza profunda, apatía, culpa profunda, sensación de vacío, irritabilidad, entre otros.
- Querer contar con alguien que te guíe y escuche.
Y ¿qué beneficios me ofrece ir a terapia?
A decir verdad, la psicoterapia ofrece una cantidad considerable de ventajas para nuestra vida, por lo que, siempre vale la pena darse la oportunidad de probarla. Algunos son:
Espacio de escucha seguro y confidencial: es muy agradable que nuestra familia, amistades o pareja nos ofrezcan su escucha. Sin embargo, puede que no siempre haya tiempo o disposición (por los motivos que sean) para hacerlo. Entonces, qué mejor que tengas un espacio para ti, donde aparte de ser escuchada/o te validen y te acerquen a encontrar respuestas.
Autoconocimiento: la psicoterapia nos acerca a la escucha propia y dirigir preguntas hacia nosotras/os que nos acerquen a la persona que queremos ser.
Aceptación de las emociones: muchos de los conflictos internos y externos pueden deberse a que evitamos aceptar lo que sentimos. Esto nos conduce a comportamientos que tal vez no nos estén funcionando y por ello es bueno encaminarnos a aceptar lo que sentimos.
Validación: una cosa es escuchar y otra es validar. Validar es mostrar una comprensión sin juicios a la otra persona. Un espacio psicoterapéutico, idealmente, ofrece validación de tus experiencias.
Acción para el cambio: el cambio es parte inequívoca al comenzar un proceso psicoterapéutico y qué mejor que contar con una/un profesional que nos acompañe en este proceso. Muchas veces no es fácil encontrar el camino para modificar nuestras vidas, pero con la guía adecuada puede ser menos enredado.
Recapitulando…
Como te habrás dado cuenta, la decisión de acudir a psicoterapia puede que no sea del todo sencilla, pero espero que con la información que leíste te haya esclarecido algunas dudas, y con suerte, haberte animado a dar ese paso.
Recuerda que la decisión de pedir ayuda te compete principalmente a ti. Tú serás dueña/o de tu proceso y quien resentirá los cambios favorables que traerá consigo esa decisión a tu vida.
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