¡Muy bien, lo lograste! Superaste nueve meses de separación matrimonial, la Navidad y el Año Nuevo.
Puedes sentirte orgullosa de que al contrario de Bridget Jones que se la pasa echada en un sillón tomando vodka mientras escucha y berrea música de los ochenta tú ya bajaste la panzota que te dejaron esos seis años de el matrimonio, no toda, pero ahí vas, ahí vas. Es más ahora mismo puedes ir al clóset a sacar lo que ya no te queda ¡Ay no, ni lo pienses! El vestido verde será lo primero de todo tu mugrero en convertirse en jerga, lo zapatos también, los calzones papalote… Ok, no, esos todavía no.
Admites lo bueno que fue ver películas de acción esta temporada decembrina, aunque la verdad es que no tuviste mucha opción porque Ecuador solo te dejó sabor a canelazo, la duda de volver, tele abierta y es necesario admitir que ahí fue donde cambió tu destino navideño. En el cual mientras te sumías lentamente en la reflexión estúpida descubriste que si alguien te ayudó a salir avante estas fiestas fue un hombre sin igual, uno que al pronunciar su nombre todo mundo solo dice «oh» y ese es: John Wick. Este hombre en una trilogía te enseñó lo que dos años de psicoanálisis nomás no dieron.
En primer lugar que sí hay hombres honestos, entregados, enamorados, fieles y dispuestos a todo por el amor de su vida, es matón y así, pero detallitos, nadie es perfecto.
Numero dos. Lo bonito que suena «Jonathan» cuando lo pronuncia Winston.
Número tres. En ningún momento de las tres películas pensaste en el Sr. H mucho menos en los dones que has conocido hasta ahora y que además dejarte el corazón partío te han quitado el tiempo de una manera bestial.
O sea el año empezó bien. Nuevas oportunidades, nueva vida, nuevas aventuras, nuevas tradiciones. De ahora en adelante nada de que “Mi Pobre Angelito”, “Bridget Jones”, “Cuento de Navidad” ni que nada. No señor, de aquí pa’l real “John Wick” será el santo patrono de las decepciones amorosas, traumas y sobre todo de la reflexión estúpida donde se te da por aventarte tus viajes al pasado donde terminas generando más pasado en tu vida con los dones del presente con quienes fantaseas tu próxima boda; o sea la de verdad con vestido blanco, flores en la playa, damas de honor y no como la primera vez que te casaste de verde y así estuvo: veeeerde.
A ver ¿cuándo se estrena la cuatro?
¡Bonito fiiiiiiiiin!
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