El Joven Ballet de Jalisco presentó su nuevo programa con dos coreografías, nuevamente, de estreno mundial: El Mandarín Maravilloso y Scheherezada, ambas dirigidas por el coreógrafo polaco Dariusz Blajer.
Por Osvaldo Rondán @OzPepe
La primera parte de la presentación transcurrió debajo de un puente que se alzaba desde el escenario para transmitir los escondrijos de vagos y errantes en las urbes que antagonizaban la historia de El Mandarín Maravilloso, el ballet pantomima del compositor húngaro Béla Bartók, hoy, adaptado en la coreografía de Kristof Senak.
En un solo acto podemos ver la crudeza de las calles donde impera la ley del más fuerte, evidenciada en este caso con tres ladrones que usan de carnada los seductores movimientos de una hipnótica bailarina para cometer, en un energético duelo de baile, sus robos. Entonces, surge desde la niebla el misterioso personaje del Mandarín, a quien referencia el título de ballet, cuyas dotes dancísticas logran atrapar al espectador en el misterio que denuncian las luces azules sobre escena: la maravilla del Mandarín. Finalmente el escenario se tiñe de rojo y con la muerte de un mandarín traicionado y tres ladrones impunes, se cierra el telón de la primera parte.
La segunda es simplemente vorágine de pasiones traídas desde Medio Oriente, con la composición del coreógrafo norteamericano Mark Godden, Scheherezada se roba la puesta entera y reafirma el encanto milenario de Las mil y una noches, trasladado al ballet.
El resultado de esta segunda parte es el éxito obtenido por una plétora de elementos distribuidos de manera cincelada, en un inicio aparece la sentencia mortal de una grácil Scheherezada quien echa mano del arte de contar historias para salvar la vida. Todo bajo un cielo crepuscular ofrecido por el escenario de Sergio Nuñez, quién nos muestra cómo van pasando los colores del ocaso a los del alba para denotar las noches interminables de historias, unas tras otras.
Así deambula Scheherezada entre sus historias, cadenciosa con la poderosa música que recrea la fuerza de las tormentas de arena en el desierto, y al unirse todos los cuentos de la narradora forman en escena un encuentro frenético de elementos épicos. Aquí el final termina bien y el último capítulo del libro culmina con una narradora erigida reina e inmortalizada página a página.
Como la segunda entrega de una temporada de tres partes del Joven Ballet de Jalisco, Scheherezada, culminó no sin antes invitar a los nuevos espectadores y a los fieles a la última entrega: El Cascanueces, ballet clásico navideño con el que se pretende dar broche de oro a una serie de adaptaciones de estreno mundial en el Teatro Degollado.