Como parte de sus actividades inaugurales el Hard Rock Hotel Guadalajara convocó el regresó de Maroon 5 a tierras tapatías para ofrecer un show de primera en el Estadio Akron, y sinceramente esperamos que sea el primero de muchos más conciertos de primer nivel como este, y que, además de brindar un nuevo punto de atracción y alojamiento en la ciudad, continúen trayendo a la ciudad a bandas y músicos de talla internacional.
El concierto empezó de manera muy puntual, cosa que esta fanática de conciertos siempre aprecia y agradece, el público reunido se mostró eufórico desde el inicio de la velara al ver la bonita cara de Adam Le… digo de escuchar a Maroon 5 y desde que arrancó el show, al sonar los primeros acordes de Move Like Jagger, los gritos de las fans hicieron cimbrar la estructura del estadio.
La banda arrancó con su arsenal pesado, y la segunda canción que tocaron fue This Love aquel tema que prácticamente los lanzó a la fama, demostrando que la velada no dejaría fuera sus éxito de antaño, para que las fans de la belleza de Adam Le… Maroon 5 pudiéramos cantar a todo pulmón las rolitas que nos hicieron soñar en nuestros tiempo de secundaria.
Todo era amor, cantos, solos de guitarra y el rostro de las asistentes en las pantallas cada 40 segundos… miren queridos y queridas lectoras, yo no tengo nada en contra que de vez en cuanto las cámaras busquen entre los asistentes a los rostros más bonitos para que salgan cantando y gritando en las pantallas, pero cuando esto se repite por más de 10 segundos y en cada canción en varias ocasiones la verdad es que resulta totalmente inaceptable y brutalmente incómodo, solo imaginen que estás toda inspirada coreando viendo a los músicos haciendo lo suyo, a Adam guiñando el ojito y moviendo la cadera y de pronto pum, corte para ver a una adolescente gritando, luego otro corte a una mujer coreando, llegó el momento en que era tan pero tan incómodo que no podías disfrutar de las rolas, por ejemplo para Payphone (una canción que dura 3 minutos con 42 segundos) conté 11 cortes a los asistentes, no estoy exagerando como señora católica frente a una marcha del orgullo gay, es neta, cortaron la canción 11 veces en menos de 4 minutos, osea que según más matemáticas de la SEP, cada 60 segundos veíamos hasta 3 veces el rostro de los asistentes. Era como si a los camarógrafos se les olvidara que no estaban grabando un partido de futbol.
Pero fuera de esas abruptas interrupciones y de algunos problemas de sonido y ecualización que perduraron 4 canciones, el concierto y su organización fueron un alivio para el calor, el tráfico y la rutina urbana, aplausos para la logística del evento, que no presentó mayores inconvenientes en el acceso o desalojo del recinto, y es que el lugar es conocido por ser un tanto conflictivo en este aspecto.
El momento más épico de la noche se presentó casi al culminar la velada, cuando James Valentine salió con una playera de las chivas y junto a Adam interpretaron una versión semiacústica de She Will Be Loved y todos los asistentes sacamos nuestros celulares para crear un lindo mar de luz azul que iluminaba la noche, y aunque nos perdimos algunos momentos de la carita de Adam Levine por ver las también bonitas caras pero no tan indispensables de los asistentes, esta canción creó un vínculo que sé que vivirá en nuestros corazones.