Alfredo Roagui es un ilustrador mexicano que ha deleitado a miles alrededor del mundo con su proyecto Mucho Muchacho, donde muestra hombres de ensueño hechos ilustración
– Buenas tardes, vengo con Alfredo Roagui.
– Muy bien, déjeme checar. Mmmm no, no tengo registrado a ningún Alfredo Roagui.
– Sí, me dijo que lo vería a esta hora aquí. ¿Puedes volver a checar?
– Un momento
Mi cara era de desconcierto, ¿cómo que no existía ningún Alfredo Roagui en sus oficinas?
– No, no tengo a nadie con ese apellido. No será otro apellido: Ramírez, Rodríguez, Ramos…
¿Qué? No lo podía creer, el chico de recepción no sabía quién era Roagui y más aún, me decía que no existía nadie con ese nombre. Pero, Roagui, el ilustrador de los muchachos sensuales al estilo Disney. Entonces dudé, me senté y esperé. Lo veo llegar y sigo dudando si Alfredo Roagui existe o sigue siendo producto de un imaginario colectivo.
Para hablar de Roagui y de su arte, uno debe de posicionarse en el plano de la imaginación, de los cuentos de hadas y de los hombres musculosos, sumamente sensuales.
Sentado frente a mi, veo sus ojos, grandes, expresivos y con un brillo especial, que fácilmente podríamos observar en cualquier niño al estar frente a sus juguetes. Mientras Roagui platica su historia, su sonrisa es amplia y constante, sus manos no se quedan quietas y pareciera que le brotan colores por todas partes.
No recuerda exactamente cuándo comenzó a dibujar de niño. Solo tiene la referencia de una anécdota que le contó su mamá. Debería ser a los 9 años, mas o menos, y no salía de mi cuarto, me la pasaba dibujando solamente. Mi mamá dice que tenía que inventarme algo, como que llegó el señor de los helados o así, para que saliera de mi cuarto. Narra Roagui con la mirada perdida en el infinito, como reviviendo las tardes de su infancia.
Solamente guarda dos dibujos que hizo de niño. Uno de ellos es un unicornio que una conserva enmarcado en su oficina y otro es un barco. La magia y la fantasía siempre han sido parte de su vida. Quizá estaba destinado a vivir y pasar a la posteridad a través de esa magia que despierta con cada uno de sus dibujos.
Roagui y Disney
Desde chico, pudo vivir en carne propia lo que representa Disney para un niño. La magia que recrea y las sensaciones que despierta en todos aquellos que asisten al parque de diversiones. Creció con las películas de Disney, con el mundo y las frases de la bella durmiente en su cabeza. Era su película favorita hasta el año 1989, cuando Disney junta sus dos fetiches más grandes. Quizá en ese entonces no los veía tal cual, pero siempre le habían llamado la atención las personas pelirrojas y tenía una fijación por la vida debajo del mar. A tal grado que un día se quedó horas en la bañera esperando que le salieran escamas como una caricatura que acaba de ver.
La película en cuestión es La Sirenita. Cuando vio por primera vez el cartel de la nueva película que lanzaría Disney en ese entonces, enloqueció. Su emoción fue tanta que casi obligó a su mamá y sus hermanas a ir al cine. Hoy en día podemos observar claramente la influencia de Ariel en la creación de sus muchachos, ya que muchos de ellos son pelirrojos o tienen cola de pez.
Desde ese momento, el estilo Disney ha quedado marcado en su arte. Alfredo Roagui considera que la consistencia del estilo Disney va más allá de elementos técnicos o gráficos. Para él, lo que crea el concepto mágico es lo que evocan los dibujos cuando ves cualquiera de sus películas.
“El estilo Disney te hace bien”, comenta Roagui, te hace sentir bien, te hace sonreír o te hace llorar, es una gama de emociones que te remontan a tu infancia, te da esa sensación de bienestar. De plano tienes que estar muy amargado para no sentir una imagen de Disney, enfatiza el ilustrador.
Admirar la obra de Roagui, es como un recorrido por las características más emblemáticas de los príncipes de acompañaron a Megara, Ariel y otras princesas. “Mis dibujos tienen los pectorales de Hércules, la cara del príncipe Eric, que para mi son unos elementos del ideal del príncipe azul.”
Sus inicios como ilustrador
La ilustración siempre ha sido parte esencial de su vida. No fue hasta sus primeros años 20, que comenzó de manera formal a ilustrar para marcas, editoriales o instituciones. Incluso sin saberlo puede que ya hayamos portado algún diseño de Roagui en libros, cuadernos o peluches.
Su primera experiencia profesional en la ilustración de personajes, fue en la creación de los personajes de Gusanito.com. Personajes como Cowco ó Wamba, marcaron el inició de una relación con la ilustración que hasta la fecha sigue ejerciendo.
Después de esa experiencia comenzó a enviar su trabajo de ilustración a revistas de todas partes. Es así como desde hace 14 años ha participado en casi todos los números de la revista Veintitantos. Curiosamente, en la actualidad siempre le preguntan por qué no dibuja muchachas; lo que no saben es que lleva más años dibujándolas que a los muchachos que le han dado la fama. Así ha cuidado su desarrollo profesional, por un lado sigue ejerciendo su trabajo para marcas y revistas, mientras que su proyecto personal “Mucho Muchacho” le ha valido el reconocimiento de grandes ilustradores internacionales.
Mucho Muchacho
Los muchachos de Roagui son producto una catarsis. De esas veces que sufres por un amor que se fue. Son esa respuesta a las preguntas introspectivas reiterantes, por saber si existe el “hombre perfecto”. Sí, si existe el hombre perfecto y Roagui los dibuja.
En 2007 Alfredo Roagui se encontraba con el corazón hecho pedazos de haber terminado una relación de casi 4 años. La pérdida fue dolorosa y entró en depresión. Como parte de ese estado anímico, el creía que nunca más encontraría a su hombre ideal. Con lápiz en mano, dejó que los trazos comenzaran a tomar forma en la nada. Una mezcla de añoranza por el príncipe azul y esa necesidad de crear lo que parece que nunca llegará, dio como resultado a esos hombres perfectos que hoy le han valido renombre internacional.
Eso son los muchachos para Roagui, una especie de hombres de ensueño que difícilmente encontrarás en la vida real. Esos hombres que son para apreciarse sin necesidad de llegar a nada más. Las peticiones de mostrarlos sin ropa, de crearles una historia, de hacerlos animación, han sido muchas. No lo considera necesario, él crea esos hombres que son para mirarse una y otra vez, nada más. Nunca sabes si al ponerles historia o hacerlos que hablen perderán todo el encanto, dice Roagui, por eso sólo son así, ilustraciones para admirarse.
En su casa creció con la presencia de Marylin Monroe por todas partes. Su papá era fiel admirador de la belleza de esta icónica mujer de Hollywood. Las imágenes estaban ahí para ser admiradas simplemente. De alguna manera él ha querido crear una versión gay de ese culto a la belleza, con dos características diferentes: Hombres y Homosexuales.
El impacto global
El estilo de crear hombres sensuales con una estética muy Disney, llamó la atención muy pronto en las redes sociales. En 2008 abrió su página de facebook para mostrar sus ilustraciones de aquellos hombres de ensueño. De manera orgánica su público fue creciendo, sobre todo en países de habla inglesa. Llegó un momento en que toda su comunicación la cambió a ser en inglés, debido a la fuerte interacción que estaba teniendo con hombres que escribían en este idioma.
Su fama fue cruzando fronteras hasta llegar a ser admirado por aquellos que él siempre ha admirado. En la FIL 2018 conoció a TigerLion un ilustrador referente en ilustración homoerótica. Roagui se acercó a TigerLion, con el nervio de conocer a alguien del que es admirador de su trabajo. La sorpresa fue que el nervioso era TigerLion, resultando ser admirador de los muchachos sensuales de nues
tro ilustrador mexicano.
Pero no sólo ha sido reconocido aquí, en Los Ángeles conoció a otros dos grandes de la ilustración. La sorpresa se la volvió a llevar el mismo Roagui al toparse con dos personas que corrieron a saludarlo de una manera muy azorada, esas personas eran Patrick Fillion y Jacob Mott, quienes estaban emocionadísimos de conocerlo.
El trabajo de Roagui también ha cambiado vidas. Hay un caso especial que toca las fibras más sensibles del ilustrador. Hace unos meses recibió un mensaje de un chico de Inglaterra donde le daba las gracias por ser su inspiración. Gracias a los personajes que ha creado, el chico tuvo la fortaleza de perder 30 kilos, para comenzar a ser como los muchachos de Alfredo Roagui.
Pareciera que el trabajo que nos muestra es meramente superficial, pero el mensaje que busca mostrar precisamente el contrario. Los hombres ideales solo existen en nuestra mente, por eso yo los dibujo; en la vida real, el hombre ideal es aquél que reconoces sus virtudes y sus imperfecciones. A fin de cuentas la belleza está en los ojos de quien la mira. Yo dibujo hombres que para mi son perfectos, pero que quizá si veo uno así en la calle, ni siquiera no me iría a tomar un café con él.
La creación de una marca
De pronto, su hobbie evolucionó y las personas comenzaron a pedir más y más muchachos de Roagui. Este es el décimo año que hace un calendario, en el que mes a mes, observamos diferentes escenas y hombres de ensueño. 2019 es un calendario especial, porque es una recopilación de los que el propio Roagui, considera sus mejores ilustraciones.
Aparte de calendarios ha creado playeras, tazas que se distribuyen por internet. Ha buscado la manera de que su trabajo llegue a otros públicos. Ha trabajado con asociaciones civiles para realizar campañas de prevención de vih, uso del condón o para promover espacios libres de discriminación. De esta manera, su arte logra trascender con un sentido más social.
Ha habido incluso quienes han decidido tatuarse algunos de los muchachos de Roagui. El impacto que tiene su ilustración, va más allá de una simple apreciación. Logra que el público se enamore de sus personajes, los adopte y los incorpore a su vida o fetiches diarios.
En este año, por primera ocasión sintió no poder continuar con el ritmo que le requería la expectativa que tiene el público sobre Roagui. Su desarrollo profesional fuera de la ilustración fue creciendo y adquiriendo mayores responsabilidades. Mismas que le iban comiendo el tiempo al día para llegar y comenzar a ilustrar sus asediados chicos. Sin embargo, su compromiso le hizo encontrar la manera de mantener esa estrecha relación con su público, misma que ha construido por más de 10 años.
“Alfredo Roagui, ¿cuál ha sido tu mayor éxito profesional?” Sin dudarlo responde que su mayor éxito ha sido el incidir positivamente en la vida de muchas personas, como el caso del chico que bajó 30 kilos.
La intención de aportar a un cambio social a través de la ilustración se siente genuina, cuando enfoca sus mayores logros en la gente que ha impactado con su trabajo y deja de lado el mencionar trabajos como la creación de toda una campaña para Aeroméxico; su participación en una película de la drag queen, Bianca del río, haciendo los créditos; o muchos otros grandes proyectos de los que ha sido autor.
No, su mente y su respuesta siempre va hacia la interacción diaria que tiene con sus seguidores. La manera en que se relaciona y construye una interacción muy cercana a través de las redes sociales. Crea un compromiso social con aquellos que encuentran inspiración a través de los trazos hechos por Alfredo Roagui.
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Al final del encuentro supe la razón por la que no podían localizar al Roagui que esperaba ver. Cuando me despedí, entendí que Alfredo Roagui no existe. No existe porque es un cuento de fantasía creado para nosotros vivir y crear nuestras propias historias de ensueño. Entendí que la magia y la grandeza de Roagui, radica en cada vez que veo una de sus ilustraciones. Cada vez que sus muchachos me brindan la esperanza de ser uno de ellos, no por una aspiración física, sino por vivir en ese mundo de fantasía donde todo es perfecto y la belleza radica en el ojo de quién la mira.
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