“Se dice, gracias” Esa frase se enseña desde la niñez y la verdad es que así crecemos expulsando de nosotros agradecimiento inconsciente antes de que sea necesario o incluso sin serlo.
Con la experiencia de crecer en el seno de una familia sumamente religiosa donde el juicio estaba antes que el sentir, el existir y ser no se podía ni concebir. Di las gracias por situaciones que nunca entendí, esa palabra, esa acción se convirtió en algo tan automático que terminó por perder el sentido. Con los años, me di cuenta de que hubo cosas por las que no entendí jamás porque di las gracias hasta que dejé de hacerlo.
Por: Nancy Oviedo, @nan_oviedo
Fotografía: Axel Macias, @wolf_pher
Tuvieron que pasar años, de verdad años y muchas lagrimas para entender el significado de ser agradecida… Corrijo, de sentirme agradecida, así es. Una cosa es decir algo, otra sentirlo y en esta última es dónde radica la diferencia. He viajado por muchos países, he visto cosas maravillosas, he conocido y compartido con personas encantadoras y aun así la sensación de miseria me acompañó mucho tiempo. No fue sino hasta que mi matrimonio se acabó que entendí, de sentir, lo que significa el agradecimiento honesto, ese que se siente hasta los huesos porque la experiencia vivida en el momento presente se vuelve parte del crecimiento interno.
Recuerdo que en los primeros meses de mi separación me despertaba diciendo “Todo va a estar bien, todo va a estar bien”. Me miraba en el espejo y me repetía esa frase hasta que una mañana desperté con la certeza de no de que todo IBA estar bien; sino de que todo YA ESTABA bien.
Solemos esperar con base a las aspiraciones, deseos y/ exigencias de alguien más a que la vida nos funcione de acuerdo con lo que nos enseñan o, mejor dicho, lo que aprendemos, es decir cómo filtramos todo lo que vivimos y entonces el vacío que puede ser parte de una oportunidad lo percibimos como una ausencia. Yo creía que todo iba a estar bien cuando volviera a enamorarme o cuando alguien se enamorara de mí, con humildad puedo decir que ambas cosas ya sucedieron y ahora forman parte de un pasado que agradezco de manera profunda, me siento una persona muy afortunada del amor y la compañía que he recibido, supe estar en ese momento y lo agradezco con todo mi ser.
La primera persona que me enseñó a verle el lado bueno a mi vida fue mi hermanita Consti, me propuso que todos los días nos enviáramos un mensaje compartiendo lo mejor que nos había pasado en el día. Confieso que no me fue sencillo, primero porque por un lado es construir una disciplina, segundo porque me resultaba sumamente difícil encontrar algo bueno en mi situación de recién separada, pero lo hice.
Hoy día y después de una separación, un intento de suicidio, por fin entendí lo que es sentirme agradecida. Super vivir no es a pesar de los demás, es a pesar nuestro.
Una persona me enseñó a entender el agradecimiento y yo extendí esta práctica de felicidad con mis seres queridos. Hoy día no sólo sé lo que es dar las gracias y por qué. Me siento profundamente agradecida por todo lo que tengo, lo que no tengo, lo que soy, lo que no soy, por ver a Juliana, mi sobrina, dormida junto a mí mientras escribo esta nota, por tener a Yuki, la perra de la casa, en mi regazo, por los deseos de Bulky para mí en el aspecto amoroso y por las personas que se han sumado a esta práctica de felicidad compartiendo su agradecimiento cada noche desde hace ya varios meses.
Gracias, Toño
Gracias, Fercha
Gracias, Cipatlic
Gracias, Chavs
Y para seguir con la práctica #HoyAgradezco volver a escribir para Ka Volta 😊
Gracias, gracias, gracias