Slow fashion es igual a calidad sobre cantidad.
El slow fashion ha estado presente en nuestras vidas mucho antes de que se adoptara el término para generar un movimiento mundial. Eso qué hacían tus papas cuando te cedían la ropa de tus hermanos es parte del movimiento, y se podría decir que siempre ha existido, pero ahora es una filosofía de consumo.
Por: Karla Muñoz, Publicado originalmente el 17 de Agosto 2016.
“Tenemos que sentarnos y reflexionar sobre la ansiedad que produce la constante necesidad de anticiparnos. Es hora de comer, vestirse y vivir el momento”. – Stefano Gabbana, 2008
Seguramente has sido, eres o serás una víctima de las rebajas, las tendencias descontroladas o eres una adict@ a las compras. Lo que te hace parte del fast fashion, que se suele comparar con el fast food porque en pocas palabras es bueno, bonito y barato pero lo más importante RÁPIDO.
Por un lado tenemos una pizza salida del horno en 5 minutos y por otro las últimas tendencias de las pasarelas pocas semanas después en las tiendas, réplica o plagio están a nuestro alcance a un precio razonable, tan razonable que aceptamos la trágica historia de la prenda que no te dura más de tres lavadas. Aprendes a vivir con ello, llenando tu closet de ropa que está llena de hoyos, perdió el color o simplemente paso de moda muy rápido y sólo puedes pensar en “no tengo nada que ponerme” lo que genera que consumas más, sin conciencia de las consecuencias, el fast fashion te afecta a ti y a todo el planeta.
El gran problema: la basura textil
En 2010 se estimó que el 5% de los desperdicios en los basurales de América del Norte eran textiles y que a pesar de que el 90% de ellos son reciclables, el 85% va directamente a la basura, reciclándose sólo un 5%. La industria textil se identifica a nivel mundial por ser una de las actividades más contaminantes a raíz de los residuos que genera y los altos consumos de agua, energía, y reactivos químicos que son necesarios para la fabricación del producto, así como la explotación de los empleados que trabajan en condiciones deplorables con bajos sueldos.
Por el negativo impacto ambiental y la explotación laboral que conlleva la moda rápida, en 2007 surge la antítesis: el slow fashion, o moda lenta. Esta promueve diversas actividades y hábitos como comprar prendas vintage o de segunda mano, preferir productos de diseñadores locales, organizar o asistir a bazares, donar ropa, comprar menos y elegir mejor tomando en cuenta la calidad y atemporalidad de la ropa que adquiramos. Incita a buscar prendas ecológicamente amigables, y marcas que nos informen sobre el proceso de fabricación tanto de los materiales como las condiciones de los trabajadores.
Este movimiento busca desacelerar las cadenas de producción masiva de la industria textil y erradicar el pensamiento de consumo sin conciencia ya que las cosas que realmente nos gustan no deberían hacerse a toda prisa. Los consumidores nos estamos haciendo más conscientes a la hora de adquirir un producto por lo que muchas marcas han decidido sumarse para crear moda sostenible y más lenta. | #KaVolta 🖤
Si quieres saber dónde comprar vintage o segunda mano y que marcas manejan diseño sustentable en México puedes encontrarlo aquí:
Si tesoros quieres encontrar a un bazar tienes que pasar.
http://www.kavolta.com/2016/06/si-tesoros-quieres-encontrar-a-un-bazar-tienes-que-pasar/
Empresas mexicanas de diseño sustentable.
http://www.kavolta.com/2016/06/6-empresas-mexicanas-de-diseno-sustentable/