Mi madre alguna vez me dijo: “Si no está en el centro de Guadalajara no existe”.
Esta idea regresó a mi cabeza al escuchar a Gustavo Prado (Trendo.mx) en una conferencia, en la que cuestionaba por qué no había tiendas de diseñador mexicano en el centro. La versión tapatía a esta pregunta sería: ¿Por qué no hay tiendas de diseño mediano en el Centro de Guadalajara? Es por la idea que tenemos del lujo y la pretensión (o las aspiraciones desmedidas).
Para la mayoría de los mexicanos el diseño mexicano no existe, o por lo menos es una cuestión no asequible; es más bien visto como una especie de arte o como creaciones exclusivas para dar show. Al no estar frente a sus ojos, en las zonas que compra usualmente, el mexicano promedio no compra moda de diseñador mexicano. Porque moda mexicana o al menos ropa hecha en México si compra. Veamos las filas de tiendas como Cuidado Con El Perro, Garcías, Óptima, Parisina Moda, Ilusión y hasta Chavita.
Si encima a esto le agregamos que la mayoría de los diseñadores promocionan como lujo sus productos, y en precios arriba de lo que el promedio puede comprar, ese lujo para el vox populis se vuelve una extravagancia.
Hagamos una pausa… ¿pero qué es lujo?
Si buscas la palabra lujo en el diccionario, encontrarás que se trata de la abundancia o de un producto con calidad superior que implica un gasto o que su costo es más allá de lo estrictamente necesario.
Hablemos ahora de lo que realmente es lujo para el promedio en México: Lujo es cualquier marca – conocida – que esté “más cara” o les ofrezca “status” sobre cualquier otra popular, porque te puedes dar el “lujo” de comprarte algo bonito para una ocasión especial (aun cuando solo sea una cita con el novio o salida con amigas). Es decir, para el promedio un lujo es comprate algo “más carito” pero que no te va desbalancear la quincena (o al menos un día vas a comer sandwich de atún y ya).
Siguiendo la definición es evidente que muchos diseñadores mexicanos – con calidad y propuesta – si producen prendas de lujo. Desafortunadamente ese lujo no es accesible para la mayoría, lo que resulta en un problema de ventas a la larga.
Por eso es el éxito que tienen tiendas como Zara, Pull & Bear, e incluso Shasa, Lob, y las ahora extremadamente populares de productos asiáticos. Ofrecen “la novedad”, en un precio que no es precisamente equitativo en costo/producto, y el público lo sabe. Lo compran por que es lo que se tiene en el radar y se entiende como moda. No nos adentramos en los temas de tallas, materias primas y demás, porque al final al público – al parecer – se le vende lo que “la tienda” quiere, no lo que necesita y mucho menos lo que demanda, sin hablar que el público tampoco sabe que demandar.
Entonces si el lujo (o bueno darse el lujo) para el promedio es poderse comprar algo bonito, de moda, que no necesariamente va ser barato, (preguntaré otra vez)… ¿Por que ningún diseñador mexicano ha puesto su tienda de moda en el Centro de Guadalajara? En una zona concurrida…
No estoy diciendo que “vendan barato” estoy hablando de comercializar en mayor volumen, y estar en la mente del mexicano que se quiera dar un lujo. ¿No sería encantador que los mexicanos vistieramos de diseño local?
Quizá es por que en realidad en México existe la pretensión no el lujo.
Un caso verdadero
Un ejemplo de este comportamiento sucede en Zapotlanejo, un pueblo maquilero de Jalisco. En este lugar la mayoría de sus habitantes siempre está bien vestido, a última moda. ¿Por qué? Por que lo tienen allí, es lo que hay, saben cuanto cuesta y lo que vale su trabajo.
Empezaron a destacar en los últimos años. Se sabe que antes maquilaban prendas extranjeras, principalmente marcas de jeans tenían su producción aquí. Con el tiempo, los cambios de generaciones y el ánimo de crecer comenzaron a trabajar su propia moda.
Pasaron de tener “tiendas” que vendían en el piso de abajo lo que se producía en el taller que se encontraba en el segundo piso, a convertir sus espacios en boutiques. Crearon marcas con colores propios, moda original, música y otras estrategias para hacer más atractivos y deseables sus productos. Pasaron de un pueblo de costureras a un pueblo de marcas locales de moda y visten ad-hoc (acorde). Transformaron lo que podría pensarse como un lujo y la pretensión mexicana en un negocio rentable que le vende a todo el país.
… y se desprende de ese ejemplo LC Designs Collection, una tienda de diseño de Jalisco que un día llegó al Centro de Guadalajara con sus muy famosas maniquíes cabezonas.
El lujo y la pretensión mexicana
No descalifico la idea de crear empresas o marcas de lujo en México. Entiendo que sectores como la joyería obtienen ingresos muy jugosos vendiendo lujo. Sin embargo creo que estamos pasando por alto un mercado mucho más popular y extenso, que también busca moda. Quizá no de la manera “exclusiva” que nos dejan ver la mayoría de las casas internacionales con la alta costura y su “solo yo lo tengo”. Otros estratos socioeconómicos se rigen también bajo la moda e invierten en ella, con un pensamiento de “yo lo tengo primero ó yo lo tengo también”.
Tomando en cuenta que hay marcas de moda mexicana que tienen precios accesibles no entiendo por qué no habrían de estar en este otro mercado. Digo, no se ustedes pero JLo con su marca en Coppel, pensó en vender al pueblo.
Quizá debamos poner atención a ello. Más bien debemos dejar de confundir el lujo y la pretensión mexicana como una misma cosa. ¿O tu que opinas? Diseñadores, fashionistas, quiero escuchar sus ideas también… | #LunesEnTacones 💜 Ana Volta. Publicado originalmente el 23 de noviembre 2015, editado en 2025.