Hace unas semanas estaba leyendo una de esas “notas” que circulan en la red, de una chica que decía que ella “era lo suficientemente independiente para pagar la mitad de la cuenta en una salida”.
Días después encuentro que se crea un debate en X (antes Twitter) al respecto a que si compartes la cuenta. Al paso del tiempo nos topamos con los hombres de alto valor, y otro montón de motes respecto a quien paga la cuenta en una primera cita, y tengo una opinión que compartir.
En la búsqueda actual de la igualdad de las mujeres ante los hombres; o de las demandas actuales de atención y merecimiento, a veces perdemos el foco de muchas cosas. Ese “ser independiente”, “yo me merezco” nos está privando de alguna u otra manera de una parte importante del ser humano: COMPARTIR.
Me parece válido pagar el 50% de la cuenta (aunque la mayoría aplica el “lo que yo consumí”), en las primeras citas. Es bueno aportar al igual que la otra persona el 50% de ganas a que algo surja, a una relación. Es lindo cuando te invitan, es una cortesía, buscan agradar, el famoso “quedar bien”. No tiene nada de malo que alguien te invite la cena. Nos gusta que nos consientan (hombres y mujeres). Pero además también sería apropiado que de vez en cuando nosotras nos ofreciéramos a pagar la cuenta completa… ¿no es eso igualdad / equidad?
No creo que ningún chico se ofenda al respecto.
Seguramente pensará que en verdad eres una chica independiente y que hay interés de tu parte. (Ya me pasó una vez, donde más que el chico invitado, los otros se sorprendieron de que yo invitara y hasta hicieron comentarios que claramente escuché, todos de WOW… ¡lo invitó!).
Yo lo tomo como cuando invitas al chico a cenar en tu casa y preparas todo… ¿Acaso le pides que te reembolse lo que se comió? Cuando mucho, y según los manuales de etiqueta y cortesía debería poner una botella de vino… Que es equivalente a cuando tu pones la propina después de que la otra persona pagó la cuenta. Eso sin contar que a veces exigimos que pase por nosotros a la casa, te lleve de regreso y cualquier otro gasto que surge en el camino.
Los focos o banderas rojas.
Claro, existen los casos extremos que consideraría focos rojos, en los que las chicas se ofenden si ellos no pagan la totalidad de la cuenta; los hombres que se sienten insultados si ofreces hacerlo y/o quienes esperan que porque lo hizo les toca “algo”.
Recuerdo perfecto, la historia urbana, de la amiga de una amiga que se molestó porque él fue amable pagó todo, la llevó a su casa, le abrió la puerta y al final él (si, el bato) no quiso tener sexo con ella. Creo que esto es una señal de que hay que observar más a fondo.
Compartir.
Por otro lado, al paso del tiempo y cuando ya has convivido lo suficiente con alguien y te has “acomodado” , ó incluso cuando ya estás casado llega un punto donde todo es en común que no importa quien pague la cuenta, o compartes la cuenta por bien común y beneficio financiero. Es para los dos. COMPARTES. No piensas solamente en ti, piensas en ambos. (Por ejemplo, yo compro la fruta en pares, uno para cada uno, ya he hablado de eso en “Pensar En Dos”).
No quiero decir que es el único modelo de liquidar las cosas. Hay quienes siguen separando los bienes y cada quien aporta partes iguales, pero en dado caso, si se requiere sale del bolsillo de uno y luego ajustan cuentas. (No creo que existan parejas que digan “yo solo como 300 gramos de carne a la semana, así que solo pagaré eso” ¿ó si?)
Por último solo quiero decir que si estás buscando alguien que te acompañe, en la vida, que sea tu soporte, tu confidente, tu amigo, tu compañero… necesitas aprender a compartir, porque al final compartes la cuenta de la cena y muchas otras cosas más. La pareja es una entidad que está formada por dos personas, y como tal ambos deberían aportar lo mismo para que funcione. | #LunesEnTacones de Ana Volta, #KaVolta 🖤. Publicado originalmente el 3 de agosto 2015, editado en 2024.