Mis piensos han cambiado por lo menos tres veces desde que pensé en escribir sobre este tema, ¿será que soy la mamá gallina?
Desde hace muchos años he tenido un gusto por “adoptar” o hacerla de “coach” a otras personas. Algo que yo he llamado hacerla de “la mamá gallina”. Me gusta ayudar. En la escuela secundaria y en la preparatoria, solía ser la chica en el salón que normalmente explicaba a otros alguna lección que no les había quedado clara. También era aquella amiga que terminaba dando consejos amorosos. (Ahora ya no doy consejos, solo comento de mi perspectiva y que cada quien arme su cuento… pero otro día hablamos de eso).
Cuando cree Kä Volta, y se unieron los primeros colaboradores también hice de la mamá gallina acá. Con ellos tuve que aprender que siempre habrá un momento en el que tendrán que volar. Irse para emprender sus propios proyectos. A todos ellos que se han ido los recuerdo con especial cariño, como aquel que pasó de ser ingeniero a periodista. El es ahora quien me enseña cosas a mi, y conforme veo su crecimiento me hace sentir orgullosa de saber que a esa persona solo le faltaba que alguien creyera en él.
En el momento en el que empezamos a tener practicantes, fue lo mismo. Con cada uno de ellos tomé un papel parecido. Les enseñé todo lo que sabía y esperé que aprendieran a volar. Las sorpresas me las he llevado yo, con los caminos que han tomado, y al final termino agradeciendo que aunque sea por breves momentos, nuestras vidas se hayan cruzado. Porque aunque pareciera que como mamá gallina uno los protege y les enseña de todo, lo que más hace uno es aprender.
Aprendes a tener paciencia, a tener tolerancia, a observar con otros ojos, a escuchar, a motivar a otros, a darles la oportunidad de que echen a perder, a regañar, a tener que botarlos para que abran las alas por la fuerza (como le hacen las aves), y al final recibes lecciones de cómo ser una mejor persona. Cada polluelo que he tenido, me ha enseñado algo diferente, y lo agradezco infinitamente.
Muchas veces he escuchado a gente más veterana que yo, quejarse de los jóvenes y ser egoísta con sus conocimientos para con ellos. La justificación es que “ellos la han tenido más fácil”. Para mí son solo demostraciones de envidia y disgusto. Los jóvenes están ansiosos de conocimiento y no hay nada mejor que poder compartirlo. Hasta ahora me he enriquecido más por dar amor, o dar lo que se que las veces que he sido egoísta.
Agradezco profundamente a todos los que de alguna manera han sido mis polluelos. He amado ser la mamá gallina, y espero seguirlo siendo con más polluelos. Ahora me toca pensar en más formas de compartir mis conocimientos. ¿Alguna vez han sido la mamá gallina? ¿O quizá han tenido una? Cuentenme en las historias de #Instagram, estoy allí como @anavolta
Esta publicación está dedicada a mis polluelos (de todos los tiempos y proyectos):
Ivan, Lili P., Cath, Ivanov, Yael, Barbara, Alícia, Anna E, Susy, Lu, y Priscila