En esta foto tenía 6 años, y fue la primera vez que me hicieron alisado permanente en el cabello.
A todas las chicas de mi familia se nos “alacia” el cabello a bastante temprana edad, y bueno… las horas de peinado, tubos, secado, miles de químicos, ceras, aceites, shampoos especiales, que no se te moje el cabello cuando llueve, que no se te apeste de cigarro por que vas a estar sin lavarlo algunos días… ¡Y ni les cuento las idas a la playa! ¡Te bañas sin meter la cabeza…! Es por eso que ahora les cuento como inició mi proceso de transición a afro.
Es digamos una tortura, y más cuando vives en un país en el que sientes NADIE tiene el cabello como el tuyo. Un tema muy conflictivo, porque usualmente pensamos que el cabello “bueno” ó “arreglado” es aquel que está liso. Cualquier otra variante está considerada como desaliñado, mal peinado, o simplemente flojo o incluso “sucio”. (A veces me pregunta la gente que si como lo lavo o como me peino ¬¬)
Al principio – esto de decir que el cabello era bueno o malo – creí que era un tema racial con el que debíamos lidiar para encajar. En casa se nos enseñaba que nuestro pelo estaba “duro” y qué teníamos que hacer algo. Pero conforme fui investigando y avanzando noté que – el cabello con rizos o esponjado – no era aceptado. Era algo en todos lados, lo podemos notar en anuncios, en los salones de belleza, en las conversaciones.
“En los 1800s en Estados Unidos, se les prohibió a las mujeres de raza negra portar el cabello suelto… ¿Por qué? Por que su cabello era más hermoso y ostentoso que el de las mujeres blancas así que se les ordenó cubrirlo con paliacates y mascadas.” – BlackGirlLongHair.com
Veintidós años después (y miles de alisados permanentes… calcula, tenía que hacer retoque cada 3 meses), decidí que ya no quería llevar el cabello lacio. No fue sencillo. Primero tuve que aceptar que mi cabello era hermoso tal cual era, que no puedo engañar a la genética, si algún día decido tener hijos, ellos nacerán con el cabello afro (bueno, dependerá la carga genética).
Debo confesar que estuve por lo menos tres meses antes de empezar a cortar el cabello con la duda, vi documentales, estuve leyendo blogs de cabello afro, y al final decidí… ¡No más permanentes!
El proceso de transición
“Transitioning” como se conoce en inglés y sobre todo en Estados Unidos, es pasar de tu cabello con permanente a cabello natural. No es una moda, es un movimiento socio-cultural. Las mujeres negras o con rasgos africanos están aceptando su cabello al natural y lo están dejado sin permanente, extensiones u otro tipo de tratamientos que afecten su textura natural.
Lo primero que tuve que hacer para iniciar mi proceso de transición fue cortarme el cabello. Hay quienes de un día para otro, se rapan y empiezan de cero, pero yo no estaba lista para tanto relajo así que opté por la versión ir cortando gradualmente las puntas.
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Tardé 24 meses en finalmente sacar todo lo tratado (sí, mi cabello era largo). En este proceso tuve que aprender a peinarme, descubrí el verdadero color, textura y forma de mi cabello. Descubrí que mi cabello se encoje a la mitad de lo largo que realmente es, que soy riso tipo 4AB. A que la gente se “asuste” por mi cabello, a que intenten tocarlo sin permiso y a decirles que NO lo hicieran. Aprendí responder todo tipo de preguntas extrañas, que si se me enreda, o que si como lo peino, que si que productos uso.
Todos los días me veo diferente, porque mi cabello nunca se acomoda igual. | #KaVolta 🖤, publicado originalmente el 20 de julio 2015.
Recomendaciones de documentales sobre el tema:
Trailer: Good Hair
Corto: Transitioning
Este fue el documental que mi hermana publicó en Facebook y que me reflexionar sobre mi cabello. http://www.nytimes.com/video/opinion/100000001579773/transition.html