Viajemos diez años atrás, a la época en que Telehit se le ponía al tú por tú a la cadena MTV. Una de sus grandes cartas era el apoyo que a la escena de música alternativa nacional
Cientos de bandas emergieron de manera fugaz intentando trascender y ganarse un lugar en el imaginario colectivo. Fue por supuesto, una gran década para los que crecimos buscando algo diferente, identificándonos con ese montón de bandas locales.
Viernes 21:00hrs y la calle Epigmenio González se mostraba más concurrida que el Foro en cuestión.. La primera banda en subir al escenario fue Nevado. Desafortunadamente para ellos, al inicio de su presentación había no más de 10 personas al interior del lugar, pero eso no los limito para dar su mejor show. Un sonido melódico y fuerte armó el primer pequeño “slam” de la noche y cada vez que algún coro de gritos potentes se venía, un trío de espectadores abrazaban al vocalista acompañándolo con sus voces. Casi al final de su presentación, alrededor de las 21:30, el lugar se veía más lleno, una vez más los tapatíos hacíamos lujo de esa fama de impuntuales que parece ya no nos molesta tener.
La banda siguiente fue Altamar. El viaje fue tal cual su nombre lo dice, un barco a la deriva lejos de las olas seguras. No niego la gran actitud y punch que ponían en cada una de sus canciones, pero hicieron notar su falta de ensayo. Como recomendación, parafraseando a algunos asistentes, seria buenos que le bajaran más al “ampli” y le subieran a la afinación.
Dos horas antes de la media noche, el “reverb” predominaba en un intro envolvente y bastante agradable. Sureste comenzaba su presentación siendo los primeros de la noche en acercar a los asistentes al escenario. Buenos guitarrazos y un bajo que acompañaba de manera cruda las canciones que coreaban unos cuantos.
La noche transcurría tranquila entre la compra de chelas y “souvenirs” mientras Thermo se acomodaba para iniciar a tocar. Entre gritos y aplausos, impacientes esperaban que la banda tapatía afinara los últimos detalles de ecualización y continuara el ruido en el Independencia. Su intervención exploró las diferentes etapas de su música, la cual resulto ser entrañable para un público que coreó cada letra, “Esto es algo de nuestro nuevo material Ancestros”, presumía el vocalista. Si bien este nuevo material suena un poco distante a lo que la banda ha venido haciendo durante su carrera, cuenta con ese ligero tinte emotivo del género. Misma emotividad con la que el respetable disfrutó del show de Thermo, la banda que pudo ser de culto, pero quedo como una simple leyenda urbana.
Finalmente el plato fuerte de la noche: Touché Amore es una de esas bandas que de antemano recibes con alta expectativa. Música con sinceridad y crudeza, temas que no pasaban de los dos minutos pero que lograron conectar. Como parte de una película surrealista, entre fotógrafos amontonados y personas volando del escenario al “Crowd diving”, los californianos ponían la banda sonora de una noche que por fin explotaba y entraba en contexto con las expectativas de todos los que se dieron cita.
Bien por el foro independencia sigue apostando por alternativas emergentes y consagradas que difícilmente podríamos ver en algún otro lugar. Solo como recomendación: pongan luz en el baño del anexo.