Como autores, hay una responsabilidad muy grande que aceptar a la hora de compartir experiencias a través de la música.
El arte ha sido siempre una ventana a las mentes de los demás. Mientras que algunas piezas son admiradas por su técnica (lo cual en sí también revela algo sobre el artista) otras pueden ser ejemplos de un amplio y directo canal entre los sentimientos y la ejecución del artista. Bandas como Black Country, New Road y Crywank son conocidas por ejecuciones (en especial en lo vocal) que son más emocionales que excepcionales. Esta clase de arte depende de la habilidad del ejecutante de situarse a sí mismo en la situación de la que se habla. A veces, esta habilidad es sintomática de algo que puede no estar del todo bien con el autor o ejecutante, y debido a que se espera que los artistas musicales busquen la fama, nos toca a veces ser testigos de una carrera exitosa que va en paralelo con una enfermedad mental.
Sin saber nada real de ninguno de los dos más que lo que sé por el Internet, me gustaría ejemplificar esto con dos de mis artistas favoritos: Kanye West y Mount Eerie. Ambas discografías existen como colecciones de vistazos a intenciones y reflexiones que, por más que sean distintas, no están tan alejadas en experiencias y motivación.
Y por más de que me gustaría que esto tuviera una intención, no estoy buscando proponer una solución a ninguno de los dos casos. Estoy seguro que ambos han encontrado ayuda de distintas formas.
Kanye West
Hay un documental de cuatro horas en el Netflix sobre Kanye West. El también conocido como Ye ha caído en unos malos pasos últimamente. Incluyendo pero no limitados a hacer comentarios antisemitas y a querer fundar su propia ciudad. Y eso es nada más lo que ha pasado al momento de escribir esto. Me imagino que al momento de publicación (o incluso en el futuro porque el internet es, por todo lo que sabemos, inmortal) más cosas deben haber pasado con el susodicho.
Cuando salió el documental Kanye era (un poquito) menos controversial de lo que es ahora.
Si no saben quién es Kanye West ni por qué nos importa, aquí les va una rápida introducción.
Kanye West empezó como productor en Chicago en los 90’s. En el hip-hop, un productor es el que hace la pista musical sobre la que alguien luego rapea. Es común que el productor y el rapero sean personas totalmente distintas, y hay estrellas de los dos lados. Los productores, sin embargo, son generalmente menos famosos que los raperos. Esto es verdad para muchos géneros de la música. Jay-Z, por ejemplo, podría tener un productor por canción en un disco. La reputación de los productores depende de los raperos con los que trabajen, y Kanye empezó trabajando con los raperos más importantes de Chicago en esos tiempos. Su trabajo era sobresaliente y se se volvió conocido por usar canciones de soul aceleradas para sus pistas. En algún punto empezó a rapear, y eso siguió hasta que hoy en día es uno de los artistas más influyentes de nuestros tiempos.
Uno de los puntos más impresionantes del documental es que debido a que empezó a filmarse en los inicios de West, podemos ver muy a detalle los cambios que ha tenido a través de su carrera. El documental termina con West con lo que es ahora: un magnate de la música y la moda casado con Kim Kardashian, otra figura emblemática de nuestras últimas dos décadas. Es claro por lo que se ve que gran parte del éxito de West se debe a su incapacidad por rendirse o aceptar la posibilidad de que podría no estar destinado para grandes cosas, y mucha de esta confianza viene de su relación con su madre: Donda West.
A través de toda esta historia hay discos. Está “The College Dropout”, el debut de Kanye West como rapero y una justificación de su universidad trunca. “Graduation”, considerado por muchos el mejor disco de Kanye, que cambió el camino del rap de un género que exclusivamente hablaba sobre narcotráfico y la mafia de los ghettos, a un género masivo. “808’s and Heartbreak” fue producido después de la muerte de Donda, y contiene muchísimo Auto-tune (West dijo que era la única forma de comunicar sus sentimientos.) “My Beautiful Dark Twisted Fantasy”, el otro competidor para el mejor disco de West, abraza el maximalismo y habla sobre la celebridad y el exceso. “The Life of Pablo” es mi favorito y es un disco lleno de humor y ritmos pesados que hace bailar lo mismo que da asquito por algunas cosas que dice sobre sí mismo. Este último fue lanzado con todo el poder que tiene Kanye, retrasando la fecha de estreno y cambiando pistas incluso después de entregado. Más recientemente han salido Jesus is King, Donda y Donda 2. Obviamente toda esta discografía impresiona por lo prolífico que es Kanye West como artista, y eso es sin haber mencionado sus múltiples marcas de ropa, sus conciertos enormes, su matrimonio con Kim Kardashian y su campaña para la presidencia de Estados Unidos.
David Byrne dice en “Cómo Funciona La Música” que hay un pre-entendimiento autobiográfico de la audiencia hacia el artista sobre su música. Es decir, se entiende que el artista escribe porque tiene una necesidad de expresar algo sobre su propia vida. Incluso cuando se toca un cover, es asumido que así como la canción era autobiográfica para la persona que la escribió, yo al presentarla estoy aceptando ese hecho y implicando que es aplicable a mi propia autobiografía.
En mi opinión esto es aplicable casi siempre a la música de West. Sus sonidos y tonos dan un giro a partir de la inesperada muerte de su mamá, y muchos teorizan que esto fue lo que lo llevaría a su estado actual. Y por lo mismo de que su vida es casi 100% pública, después de años de producir música, está consciente de cómo será recibida y de lo que está diciendo sobre sí mismo.
Es sencillo seguir la línea de vida de Kanye West usando los encabezados de las revistas y su discografía al mismo tiempo, y la línea que dibuja no es positiva. Es bien sabido que a los fans de Kanye West que están al tanto de su vida les cuesta cada vez más trabajo admitir abiertamente que son sus fans (y de paso seguir siendo fans). Poco a poco la narrativa de West ha cambiado de “Me hacen a un lado porque soy un genio y me tienen miedo” a “Mi éxito estuvo predicho por Dios” a “Todos me tienen envidia y los medios quieren que fracase” a “Nadie me entiende y por lo tanto voy a fundar mi propia ciudad donde todo sea perfecto.” Si les suena cualquiera de estas narrativas, es porque muchos líderes de cultos y figuras negativamente influyentes han usado discursos muy parecidos. Y por cierto, estoy usando las frases menos inflamatorias que puedo.
Se ha dicho que la vida de Kanye West es una historia extremadamente pública de una salud mental que decae rápidamente frente a los ojos del mundo, pero la pregunta que todo mundo se hace es “¿Qué podemos hacer para detenerlo?” Mientras tanto, el producto artístico de este declive nos resulta a algunos tan atractivo que es imposible separarnos de él. Lo esperamos de la misma forma que esperamos el contexto del mismo, dado por comentarios en redes sociales, links en los que no picamos y videos larguísimos sobre las consecuencias de los desarrollos más recientes. Mientras tanto, el cerebro de West sigue produciendo música, un ether imposible de sostener en las manos y que conforma una combinación entre lo que sea que salga del cerebro de este fulano y el mundo actual, musical o no.
Mount Eerie
En 2016 Phil Elverum perdió a su esposa, Geneviève Castrée, poco después de dar a luz al primer hijo de la pareja. Phil y Geneviève habían estado casados desde el 2004 y en alguna forma su vida era diametralmente opuesta a la de Kanye y Kim Kardashian. Eran parte importante de la comunidad musical local de Anacortes, Washington. Phil había estado lanzando música independientemente como The Microphones y Mount Eerie por buen rato, y discos como “The Glow Pt. 2” se habían convertido ya en los más aclamados por la crítica de todos los tiempos.
Estos lanzamientos nunca han sido comercialmente espectaculares, muchos tratan con temas como la muerte del entorno y del ser. Sus sonidos son estridentes y cambiantes en volumen y texturas. La calidad de grabación es secundaria a las ideas de las que se hablan. Los sonidos son arrítmicos, acústicos y extraños. Si un disco de Kanye West es una película de Marvel en IMAX, las canciones de Mount Eerie son videos del bosque grabados con una videocámara barata (incidentalmente, a veces eso son los videos musicales de Mount Eerie también.)
En 2016 Elverum grabó y lanzó “A Crow Looked At Me”. El disco habla exclusivamente sobre la muerte de su esposa y el mundo que dejó atrás, con una honestidad que muchos de sus aficionados que también nos dedicamos a la música encontramos tan envidiable como es transparente. Los sentimientos de Elverum se muestran desnudos y destilados a su mínima presentación en una sencillez que para el oído entrenado devela una vida de práctica.
Irónicamente, este sería el lanzamiento que pondría a Mount Eerie en el mapa internacional, llevándolo a tocar en festivales y a vivir por un rato lo más cercano a una vida pública que tendría hasta ahora. Esta ironía sería a su vez retratada y analizada en “Now Only” mi lanzamiento favorito de Mount Eerie, que continúa el homenaje a su esposa mientras admira los efectos de su muerte en la vida de Phil.
Elverum es famosamente retraído y ermitaño. Reportajes sobre su vida actual y pasada son contados, y sólo de vez en cuando hace comunicados para darle visibilidad a nuevos proyectos.
Todo lo que sabemos sobre Phil Elverum lo sabemos por sus canciones, que relatan poéticamente sus experiencias y puntos de vista. Y déjenme decirles (y espero que confíen en mi) que son las canciones más tristes que he escuchado en mi vida, y a pesar de esto, la línea de Elverum siempre va para arriba. La música es su forma de lidiar con su entorno. De tomar emociones, hacerlas bolita y aventarlas al abismo. Cada lanzamiento se siente como un paso adelante; una meta alcanzada.
Detrás de ambas visiones hay honestidad. Detrás de una de ellas hay influencias como los reflectores, el dinero y un narcisismo que probablemente estuvo ahí desde el principio. No estoy alegando que una enfermedad mental como la depresión lleve a gran arte, pero frecuentemente somos testigos de una tremenda habilidad para crear al mismo tiempo que se trabaja en uno mismo. En el caso de Elverum, parece que este trabajo tiende hacia arriba. En el caso de Kanye hacia abajo.
Estas experiencias pueden estar yendo en direcciones completamente opuestas, como lo son el bravado de la riqueza y el silencio de la soledad. West y Elverum, dos puntas de flecha, crean los trabajos más interesantes de su generación desde trincheras opuestas.
Escuchar la música de alguien es también escuchar sus más oscuros pensamientos. No uso la palabra ‘oscuro’ en este caso no para significar malvados o maquiavélicos, sino sólo en las sombras: esas cosas que no dices en voz alta.
El 73% de la industria musical independiente sufre algún síntoma de enfermedades mentales, con la ansiedad y la depresión siendo los más comunes. A través de la música, se nos da la oportunidad de conocer a muchas personas a fondo, nota por nota. Recuerden que para todo hay ayuda, aun en la salud mental en la música, y si conocen a alguien que pasa por esto, préstenle su atención. Y si sus canciones son tristes, por favor déjenme escucharlas. Saludos! | #KaVolta 🖤