El Circuito Indio cerró su primera fase en Guadalajara con un contraste: lo nuevo de Descartes a Kant y el regreso de Clondementto a los escenarios
Fotografías: Noé Blanco
Me atrevo a decir que las últimas dos fechas de la primera etapa de la gira de conciertos organizada por Indio, OCESA y Foro Independencia fueron las más concurridas del ciclo, y es que apenas una noche antes, las rimas de Pato Machete y Dharius inundaron el pequeño foro del centro, mientras que un día después se reunieron viejas y nuevas generaciones unidas por un interés común: la música.
Minutos después de las 21 horas, la velada arrancó con El Monstro Nostro, con su clásica máscara brillante y sus ritmos que mezclan elementos rock, punk y electrónicos, que forman un sonido noise que si nunca han experimentado en vivo será difícil de entender.
El trío conformado con un bajo, batería y sintetizadores logró que la audiencia calentara motores, a la par de que aglomeraba en el foro. Se nutría la atmósfera con su sonido surreal que se respiraba esa noche.
Si bien no eran el plato fuerte de la noche, muchos de los asistentes estaban reunidos para presencial el regreso de un grupo que, aun con su corta trayectoria, logró convertirse en una especie de banda de culto en la escena local: Clondementto.
Su regreso a los escenarios fue una de las gratas sorpresas que nos trajo la primera etapa del Circuito Indio, un show esperado por muchos que anhelaban escuchar este proyecto tapatío de rock experimental, y que sirvió como introducción para una nueva generación de fanáticos.
La banda, que había cerrado su ciclo cerca de 2008 retomó el escenario como si jamás se hubieran ido, como cuando dos viejos amigos se ven con cierta sorpresa y emoción y tras cruzar unas cuantas palabras los recuerdos comienzan a fluir, recuperándose asó el tiempo perdido.
Muchos esperamos que este show sea el parteaguas para una nueva etapa activa de la banda y que regresen a tomar el lugar que ningún otro grupo ha podido llenar en la escena nacional.
Con broche de oro cerraron Sandrushka Petrova, Dafne Carballo, Ana Cristina, Andro, Meme y Jorge. Descartes a Kant se apoderó del entarimado.
Las letras neón rosas con el nombre de su más reciente material discográfico Victims of love propaganda enmarcó la peculiar estética, que mezcla un look sexy, desaliñado y punk.
La inigualable energía que desprenden en vivo se mostró contundente al explorar un setlist en el que se mezclaron sus viejos éxitos con los temas de su nuevo álbum.
Hicieron una pequeña pausa en su show para agradecer sus compañeros de Clondementto por su decisión de salir de su retiro para compartir con ellos el escenario en el Circuito Indio.
Tras una serie de canciones que puso a bailar a casi todos los presentes, la cereza del pastel fue cuando Sandrushka y Daphne bajaron para experimentar directamente con la audiencia la energía del show y bailaron eufóricas al ritmo de “Buy me all my dreams”, lo que significó el cierre de una noche de descontrol.