Aún no lo puedo creer. Han pasado ya 365 días desde el primer día que decidí que ya no quería vivir en el cuerpo que tenía ni con el estilo de vida que vivía. Ha pasado ya un año desde que inicié mi primer #30DaysOfChange
Siempre fui de esas personas que se ponían a dieta para una ocasión en especial. “Para mi graduación”, “Para la boda de no se quien”, “por que vamos a la playa en 15 días”. Pero realmente nunca había puesto empeño suficiente por llevar una vida o dieta saludable todo el tiempo, hasta que hice el primer #30DaysOfChange.
No me consideraría una persona estática. Me gusta caminar y muchas de mis diligencias que son cerca de casa las hago en bicicleta. Sin embargo nunca fui de las que iban al gym. Si de repente tomaba clases de baile, pero nada que fuera constante por más de tres meses. Por lo menos no en mi etapa adulta.
Como lo mencioné en mi primera nota sobre #30DaysofChange, en algún momento me harté. Me harte de verme al espejo y no gustarme lo que veía. De no entrar en mi ropa, y de vivir en una autotortura por ello.
Así que un día finalmente dije: “no va pasar de la noche a la mañana, solo va pasar si tomo una buena decisión a la vez.” Primero pasó un día a la vez. Después se convirtió en un reto de 30 días. Sin darme cuenta han pasado ya 365, 2 tallas de pantalón, un cambio radical en mi alimentación y rutinas de ejercicio constante.
365 días después
No voy a decir que es fácil y que todo fue felicidad. Había días en los que simplemente me moría de ganas de comerme un pastel o una bolsa de galletas. Y me dije “lo voy a hacer”. Y fueron esos los momentos en los que dejé que mi fuerza de voluntad descansara. Sin embargo así mismo los días en los que no me quería ejercitar recordaba el permiso que me había dado y me obligaba a hacerlo. Curiosamente son precisamente esos días después de terminada la rutina en los que estaba con más energía.
Mi mayor satisfacción ha sido mirarme al espejo, volver a hacerme selfies, y no torturarme por cómo me veo. Gustarme a mi misma cuando alguien me toma una foto por la espalda o desapercibida.
Considero que una de las cosas que hizo que pudiera llevar mejor mi proceso fue el compartirlo. Abrirme a que los demás vieran que no me sentía cómoda con quien era, y que lo iba a cambiar. Por eso quiero darles las gracias a todos los que me echaron y me siguen echando porras. A quienes preguntaron por recetas, y a los que se sumaron con su propio reto.
Ahora voy por nuevos retos y logros. Con los que espero que mi cuerpo adquiera más flexibilidad y donde aprenda más cosas sobre mi físico. Estoy muy emocionada y espero poder venir a decirles que ya he cumplido otra meta.
Conversemos sobre #30DaysOfChange en mis redes @ana_volta en Twitter y @anavolta en Instagram.