Mi nombre es Nancy Oviedo, mejor conocida en el mundillo de las redes sociales como Nan Oviedo. Escritora, traductora, actriz, mexicanísima, fanática de los deportes y las mantas tejidas. Versión sexy de la señora de los gatos; tengo dos y aunque mi edad es lo menos relevante en la vida, tal vez un día se las diga. Pero lo que sí es relevante es la razón de esta bonita, chispeante, conmovedora y tragicómica columna.
Soltera Reciclada surge de mis experiencias de vuelta al mercado de la soltería. Así es queridos lectores, la soltería es un mercado donde la oferta y demanda no siempre se equiparan, pero las transacciones no se detienen. En este mercado el que no enseña no vende y el que enseña de más suele vender barato. Pero la pregunta es ¿Por qué regresar a la soltería? Bueno, pues porque muchas veces no queda de otra.
A dos años y siete meses de mi separación – del que todavía es mi esposo – he aprendido muchas cosas. La primera es que, aunque haya sido yo la pidió esa separación, no fue sencillo lidiar con el tema y que ya no soy una simple soltera, sino una reciclada. Así es, mi corazón no se rompió, sólo se actualizó, y se adaptó a las nuevas reglas de ligue.
La soltería reciclada es algo así como querer ponerte ese vestido dos tallas más pequeño que compraste en un arranque determinado por bajar de peso, pero cuando eso pasó la ocasión no llegó. Sin embargo, un día que haces limpieza te lo pruebas y aunque tienes tus dudas, la verdad es que te queda muy bien.
La soltería recuperada podría entenderse como una segunda oportunidad de hacer mejor las cosas, de escoger mejor a la siguiente pareja. No obstante, muchas veces no es así, porque volver a caminar con el reflejo de la propia sombra significa el encuentro con todas esas emociones que nos acompañaron en la primera soltería: la sensación de soledad, la ansiedad por ser escogida, la angustia por la vejez, la necesidad de amor, de pasión y la desesperanza.
Estas son casi una fuente inagotable para cometer toooooda la clase de estupideces posibles. Desde un mensaje de voz de casi nueve minutos en el grupo familiar donde se expone la desesperación por la próxima abstinencia sexual, viajes relámpago a Sudamérica y muchas más aventuras con Dones*, tipos casuales con los que los recién reciclados preguntamos con ciega fe «¿Será que es él?» a los dos minutos de conocerlos. O bien la maldita esperanza que no muere y nos trae de vuelta al ex-novio tóxico con quien pensamos que es el destino, y no el algoritmo de determinada red social lo que nos los trajo de vuelta a nuestras vidas.
Esta columna tiene la intención de compartir mis cuitas como Soltera Reciclada con algunos Dones; sin embargo también incluirá las experiencias de otros reciclados.
Soltera Reciclada va más allá del amor o el desamor. Esta columna tiene la intención de solidarizar el valor de cada uno de los que hemos escogido volver a la soltería a pesar del dolor a la soledad que independiente de la preferencia sexual nos cala igual a todos, al pensar que jamás encontraremos el verdadero amor. Y aunque aquí ya sonó un poquito azotado, les juro que esta columna además de divertirnos con la estupidez colectiva de la reciclada soltería tiene el propósito de consolarnos, de encontrarnos en estas líneas, y brindarnos el apoyo y la aceptación que todos deseamos sin importar el estado civil, la preferencia sexual, la nacionalidad y… la maldita edad.
Así que estén atentos que cada viernes nos relajaremos, nos animaremos para dejarnos e irnos como gordos en tobogán para aceptar y/o rechazar, según sea el caso, la cita que nos dé la gana.
¡Bonito fiiiiiiiiin!
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