Los fantasmas no solo existen, sino que han evolucionado con el uso de la tecnología y el surgimiento de las redes sociales.
Hace algunas columnas hablé del ghosting, pero luego me di cuenta que también existe el Caspering, el Orbiting, el Gaslighting, el Mansplaining y demás chi ga de ras que me fui de nachas con todo lo que eso significa. No solo en términos de nombre y práctica sino en la evolución misma de lo torcidos que podemos ser. Sí, podemos porque sin querer queriendo me atrevería a decir que todos hemos sido parte de la «evolución» y para los que no creen en fantasmas ahí les va.
GHOSTING
Aquí vamos a hacer un repaso de las columnas anteriores donde les conté que este nombre seudo en voga no es otra cosa que hacerse el muerto. Una vez establecido el contacto con una persona por cualquier medio y después de interactuar no solo sexualmente cabe mencionar, el individu@ desaparece sin dejar rastro. Deja de responder mensajes, no atiende llamadas y lo peor de todo es que no explica la razón de su ausencia.
Este comportamiento deja a la otra parte con una sensación de vacío, confusión y completamente desmoralizad@ preguntándose «Pus ¿ahora qué hice mal?» si bien algo pudo no haber salido como se esperaba por el desaparecido lo decente, lo correcto, lo bonito es al menos tener el valor de decir «Chaito, bye» en lugar de afectar al otr@. La verdad es que ghosting suena wow pero no es otra cosa que hacerse bien pendejo antes de afrontar el conflicto y eso sí es de miedo.
CASPERING
Seguimos en los fantasmas y la tendencia humana a querer verlo y nombrarlo todo medio bonito. Esta práctica se origina de aquel dibujo animado llamado Casper que en México se nombró como Gasparin. El fantasma amigable y efectivamente así es esta nefasta práctica de friendzoneo donde la persona en cuestión después de decirte amablemente que no le interesas te engancha amigablemente siendo atento, enviando mensajes, simulando interés genuino para que cuando ya te diste cuenta que estás que babeas por él/ella pum desaparece.
A esto yo le llamo básicamente dar atole con el dedo, pero ahora se llama caspering, sin embargo el nombre que tenga la base es la misma; es decir, una chingadera y punto.
ORBITARING
Esta también nefasta práctica parienta de las anteriores se refiere a cuando una persona con la que has estado saliendo desaparece de tu vida real y tangible, pero se queda en tu vida virtual chismeando todo lo que haces e incluso dando likes, viendo tus estados e historias, pero si te atreves a escribirles JAMÁS, repito, JAMÁS vas a recibir una respuesta de su parte.
Estos goeyes solo se dedican a sembrar la incertidumbre e incluso en la virtualidad te dejarán con la duda de «es que si ve mis historias es por algo» y sí, lo hace porque no tiene maldita cosa mejor que hacer o porque simplemente deja correr los estados mientras hace otra cosa con su nueva y tangible persona próxima víctima de ser orbitada y porque es un irresponsable afectivo y punto.
MANSPLAINING
¡Hijole! Aquí tenía pensado darles así como todo un origen, pero luego pensé «menos es más» está asquerosa práctica no es más ni menos una mujer sea pendejada por un hombre explicándole de manera condescendiente algo que ella no preguntó o algo que resulta sumamente obvio como que el agua moja, el fuego quema o los perros ladran.
Aunque esta práctica es más común de lo que se cree y tampoco es nada nueva suele darse mucho en entornos laborales. Sin embargo en las relaciones de pareja es así casi que el pan de cada día y lo más triste es que la mujeres solemos no solo aguantarla, sino fomentarla en actitudes y comportamientos machistas al perpetuar la idea de que los hombres son mejores con los números, entienden de deportes, política, economía y tal. Un hombre inteligente suele incluso verse como un dios, una mujer en cambio es tomada por arrogante e intensa no solo por los hombres, sino por las propias féminas.
GASLIGHTING
Y para cerrar con este artículo de terror tenemos señoras y señores, reciclados, reciclados y reciclades a la nunca bien ponderada practica estrella de la manipulación gandalla apodada: GASLIGHTING. Consiste en nada más y nada menos que hacer dudar a un individuo de sí mismo haciendo perder toda la confianza en sí mismo.
Esto significa desarmar a una persona en su totalidad haciéndole dudar hasta de su nombre, sus preferencias y tal, al igual que las chingaderas anteriores, perdón, fantasmas anteriores esta táctica no es nueva. Por ahí de 1940 Tharold Dickinson filmó una cinta al respecto que luego en 1944 volvió a las pantallas esta vez estelarizada por Ingrid Bergman y dirigida por George Cukor que cuenta la historia de un verdadero martirmonio donde el vato este simplemente deja a la chica hecha nada ninguneandola de una manera en la que ella incluso considera el suicidio como opción.
Hasta aquí sé que muchos podrán pensar «ay pero ¿para que se deja?» o «qué tont@« o «él o ella tiene la culpa» si bien cada uno es responsable de que el otro llegue hasta donde nosotros queramos también debemos ser súper conscientes y compasivos, sobre todo compasivos de que cuando alguien pone su confianza/vulnerabilidad al descubierto en una relación cualquiera (incluye trabajo y amistad) es nuestro deber ser responsables no solo con nuestras emociones, sino con las del otro.
Ahora que sabes que los fantasmas sí existen y que tú puedes ser o convertirte fácilmente en uno de ellos si tus niveles de narcisismo y ego se elevan, por fa, respira, piensa y no practiques o permitas que alguien ejecute alguno de los comportamientos anteriores que si bien no son nuevos con el uso de la tecnología están siendo más y mejor difundidos e incluso bautizados muy en inglés y todo, pero al final siguen siendo las mismas prácticas culeras de desmoralización que nulifican a una persona al grado en el que llegue a considerar quitarse la vida.
¡BU!
¡Bonito fiiiiiiiiin!
Sígueme en Instagram como @nanoviedomx, #SolteraReciclada #KaVoltaVida 🖤