Becky D´Vich vino a revolucionar la vida de Damián. A través de un personaje drag, él encontró su vocación y recordó lo que le hacía feliz: estar en los escenarios. Aunque al principio no tuvo cabida en los show tapatíos, hoy es una drag referente de la vida nocturna de Guadalajara
A sus 17 años, Damián nunca hubiera imaginado que lo que empezó como juego en aquél Halloween de los noventa, o aquella Christina Aguilera que imitó en el bar Botaneros, serían sus primeros intentos de lo que hoy es Becky D´Vich.
Por: Roberto Hernández, @robsmx
Fotografías: Becky D´Vich, @bdvich
Corría el año de 1997 y la sociedad tapatía era otra completamente. El ser gay era muy estigmatizado en el imaginario social.
Cuando alguien lo declaraba, inmediatamente se pensaba que quería ser mujer, que sería amanerado, se dedicaría a ser estilista y que viviría con sida.
Si además mencionaban que se dedicaban o querían dedicarse al travestismo eran estigmatizas doblemente. Entonces pensar que un hombre quería dar show vestido de mujer, sin querer “convertirse” en mujer, era impensable. Y más que alguien quisiera dar show vestido de mujer, pero no quisiera imitar a alguna de las divas pop, simplemente no estaba en el radar de la vida nocturna de Guadalajara.
A los 18 años, Damián les confesó a sus padres que era gay. Sin embargo fue un tema que nunca se habló en familia, por el contrario, se evitó lo más posible. A pesar de que siempre quiso dedicarse a la actuación y al maquillaje de efectos especiales, no lo pudo hacer por presión familiar. Bajo el precepto de que eso era algo de maricones y que se moriría de hambre si se dedicaba al teatro, lo indujeron a que estudiara mercadotecnia, para tener una vida “estable” en un trabajo godín, aunque ello significara renunciar a su verdadera pasión.
El niño solitario
Desde pequeño Damián estuvo rodeado de colores y extravagancias. “Usé pupilentes de colores, ropa del otro género y me pintaba el pelo de azul o amarillo, antes de que kabah lo pusiera de moda”, esto causó una relación muy conflictiva con su papá, donde los gritos y la soledad se convirtieron en su modo de vida diario.
Las revistas Cosmopolitan de su mamá fueron su refugio. Su cuarto en su santuario donde podía jugar con muñecas, vestirlas peinarlas y su hermana en su cómplice, que le servía de lienzo para practicar los maquillajes que observaba en la revista.
A los 18 años, Damián comenzaba a encontrar su espacio en lugares blindados de juicios heterosexuales. Lugares como el Angel´s, el Mónica´s, Botaneros o el Maskaras fueron su guarida. En casas de amigos, encontró el lugar propicio para probar por primera vez el vestirse mujer, en un ambiente cercano y seguro.
Cuando por fin comenzaba a encontrar espacios de libertad, tuvo que renunciar a todas esas experiencias extravagantes; encontró un trabajo de tiempo completo, una oficina, un horario y una “forma de ser” que tenía que aparentar por ocho horas diarias.
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El bullying o el maltrato que vivió Damián en su infancia, se vio reflejado en su etapa adulta. Por muy contradictorio que parezca, su verdadero personaje lo actuó de los 17 a los 33 años, una época en que tuvo que vestirse, ser y actuar como una persona que no era. Un hombre solitario, depresivo, que cumplía con los “estándares” que la sociedad y que su familia esperaba de él.
Dejó los colores extravagantes, dejó el maquillaje, dejo el teatro y de disfrutar todo lo que a sus 17 años había encontrado como refugio. Ocasionalmente comenzó a maquillar novias o para eventos sociales, pero contrario a lo que pensó, esa actividad que antes le era placentera, en ese momento le generaba más tristeza. “Era muy frustrante para mí el tener que estar pintando a alguien más cuando podía estarlo haciendo conmigo, entonces traté otro tipo de cosas como esta, pero no estaba al 100% feliz”.
La luz drag le mostró el camino
A los 33 años su vida estaba destinada a cambiar. La muerte de dos personas muy cercanas, una drag queen y la necesidad de ser feliz, comenzaron un cambio profundo en la vida de Damián.
En el año 2014 se transmitía la sexta temporada del reality show RuPaul Drag Race, año en que el programa nos mostró a una de las más grandes participantes. Al menos para Damián, así era. Bianca del Río es una drag que tiene un humor muy ácido, pareciera que es mala, muy mala todo el tiempo, sin embargo, él encontraba en el personaje una similitud muy grande con su forma de ser: Ácido, con humor negro pero, al igual que Bianca, un ser con mucho amor por dar, que lo expresaban preocupándose y ocupándose por las personas a su alrededor. Tanto fue la identificación que después de muchos años, Damián volvió a mostrarse ante el mundo en drag personificando a su queen favorita.
Para el halloween de ese año, Damián había hecho una promesa al aire: Se disfrazaría de Bianca del Río. Todas sus amistades estaban expectantes porque sabían del talento y la afición de él para estos temas. La fecha llegó. El lugar, una fiesta española llamada “Que trabaje Rita”. Damián llegó y volvió locos a todos los fans del programa que inmediatamente la identificaron. Fotos, felicitaciones, abrazos y miradas emocionadas al verlo, le recordaron algo que había dejado de lado. Después de esa noche, Damián volvió a sentir la felicidad que había dejado en pausa por muchos años.
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En esa época, no todo estaba de lo mejor para él, seguía sin sentirse en plenitud. Él sabía que algo tenía que hacer para cambiar. Comenzó a ayudarse de manera autodidacta, grabando una serie de videos donde soltaba todo lo que sentía y lo que vivía, para después verlos, mirarse así mismo y encontrar salidas para el momento que estaba pasando.
Estos videos le ayudaron a entender que así no era la manera en que quería vivir. “A mí no me parecía la idea de ir con un psicólogo, entonces prefería soltar todo lo que tenía en mi cabeza y todo lo que realmente sentía en esos momentos y grabarlo en videos; ya posteriormente me veía a los ojos y decía: no quiero seguir siendo esa persona, me veía muy mal, estaba muy deprimido, hasta el tono de mi piel era horrible, fue un Impacto tan grande que dije: ya no quiero ser esa persona que está ahí”, recuerda Damián.
Él sabía perfectamente que tenía que hacer cambios en su vida, por lo que comenzó a salir de fiesta, a frecuentar más amigos y fue casi a manera de juego que, buscando la identidad para un personaje, poco a poco se encontró él mismo.
A drag is born
RuPaul Drag Race ha sido un hito importante en la difusión de la cultura drag a nivel internacional. En México teníamos una gran cultura del transformismo y de la imitación. Thalias, Glorias Trevi, Alejandras Guzmán y Mónicas Naranjo había por todos lados. En Guadalajara contábamos con santuarios de la imitación con legendarios travestis como Ricky Lips, Roberto Espejo, Estrella Gaby Show, Gabriel Román “La Pinal”, y otros nuevos talentos de ese entonces como Wendy Cano, Monika Show, Mía García, Michelle Rivera entre otras.
Sin embargo, Damián no recuerda la presencia de una drag al estilo Rupaul, con un personaje definido. Lo que sí recuerda, es que había drag más andróginas, que usaban cadenas, plataformas altas, penachos, mohicanas, pero no algo como lo que él buscaba.
La realidad es que cuando alguien decía que era drag, cargaba un estigma negativo, incluso eran rechazados por las mismas personas LGBTQ+. Es más, para él mismo, el experimentar satisfacción en realizar un personaje vestido de mujer era ir en contra de muchos tabúes con los que creció siendo un niño introvertido de clase media.
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Un día le proponen armar un personaje drag para un proyecto de una agencia de publicidad en la que colaboraba. La idea era hacer una Paty Chapoy en drag. De ahí el apellido: D´vich. Un juego de palabras que emula la frase en inglés The Bitch. Becky, de Rebeca, porque siempre ha sido un nombre que le ha parecido con personalidad fuerte, con carácter, pero a la vez le representa una gran libertad de ser.
Al momento de armar el personaje y cuando comenzaron a hacer las pruebas de los videos, no se encontraba agusto con el perfil que le estaban dando a Becky D´Vich. Ya había mucho “shade” y burlas en las travestis en los show nocturnos o en los programas de televisión. Damián no quería que Becky D´Vich, fuera otra más que se la pasara burlándose o perreando a todo mundo. Aún con la gran admiración que sentía por Bianca del Río, no quería ser una copia de ella ni de nadie. Damián tenía muy claro que el objetivo de su personaje era otro, dar amor.
Buscando una identidad para Becky D´Vich se encontró él mismo
Hubo un tiempo donde las circunstancias no fueron nada buenas para Damián. Primero la muerte de su abuelo, una persona muy cercana; después la muerte de su papá un 31 de diciembre y el verse envuelto en una relación muy tóxica, lo dejaron metido en una depresión que no sabe cómo salió de ella.
Fue su mejor amigo, con el que vivía en ese entonces, quien le ayudó a sobrevivir y estuvo ahí para brindarle fortaleza. Todo ese año es como un blackout en la vida de Damián. Hasta que un día pudo levantarse y ser consciente del estado en que se encontraba y es ese el momento, a sus 33 años que metafóricamente muere Damián, para renacer.
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Ahí es donde Becky D´Vich llegó para auxiliarlo, encontró en el arte, el maquillaje, la actuación y el drag, el escape que necesitaba. No estuvo muy de acuerdo con el perfil que en la agencia querían darle a Becky D´Vich, por lo que optó cerrar ese ciclo del personaje y retomarlo posteriormente, acorde a su visión del drag.
Lo primero que hizo con Becky D´Vich, fue entrar a un concurso en línea que se llamaba Dragvesti. Una especie de competencia al estilo RuPaul, en el que les daban retos a los participantes. Se tomaban fotos, lo subían a redes sociales, el público votaba, y decidía la drag ganadora. En esa ocasión Becky D´Vich resultó coronada como la ganadora de Dragvesti.
Pareciera que los tacones le estaban marcando el camino correcto por el que debió andar desde hacía mucho tiempo. Aunque las circunstancias no eran la mejores, abrir camino siempre tiene un gran peso y más cuando, como Becky D´Vich caminas sola en este creciente mundo del drag en Guadalajara.
No conocía a otras drags que tuvieran un espectáculo con su propio personaje. En ese entonces si no imitabas y dabas show como alguna de las divas pop, no tenían cabida en los espectáculos nocturnos. Llegaron a negarle espacios por no imitar a nadie, y la imitación, es algo que definitivamente no estaba en el ADN de Becky D´Vich.
Nuevas formas de transformismo en Guadalajara
Fue así como comenzó a abrir camino en Guadalajara para una nueva forma de expresión el transformismo. Poco a poco se fue abriendo espacios al lado de legendarias figuras del show nocturno, aunque no fue un camino fácil.
Hasta que vinieron por primera vez algunas participantes de RuPaul, fue que la escena drag comenzó a ser más popular y Becky D´Vich empezó a convertirse en una referencia tapatía de este mundo naciente. Sin embargo, no todo fue tan fácil como Becky D´Vich hubiera querido. A prueba y error comenzó a perfeccionar sus presentaciones en público, con comentarios lastimosos y otros constructivos, fue como agarró experiencia para sus presentaciones en vivo.
Su presencia se comenzó a notar en Guadalajara, como parte de los espectáculos internacionales de drag en la ciudad, siendo su show un previo a iniciar. Conoció a Sophia Jiménez e hicieron un show juntas en Puerto Vallarta. Comenzó a dar show en Sayulitros al lado de Roberto “La Gorda” Espejo y fue seleccionada como la embajadora de una campaña para pugnar por Guadalajara como sede de los Gay Games 2020. Durante esta campaña conoció a Aurora Wonders del grupo de Escándala, con la que comenzó a trabajar en algunos shows. Después vino la oportunidad de trabajar con Valentina en Monterrey y de ahí comenzó su carrera en el mundo drag.
El estilo de Becky D´Vich
Su estilo artístico no es tan comercial. Ello le ha representado algunos problemas para que el público entienda la mística de su personaje. Eso lo pudo notar muy frontalmente cuando hace un año participó en el casting para La Más Draga 2 . Se topó con que muchas personas no conocían las canciones ni el estilo de lo que estaba interpretando.
“Becky D´Vich es muy teatral. Hace mucho drama, es muy de música que a lo mejor la gente de ahorita no entiende. Desafortunadamente creen que en todo el drag son splits, tirarte al suelo, darte vueltas hasta que te canses y no, no es así todo el tiempo.
No es Christina Aguilera, no es Britney Spears todo el tiempo, sino que también hay otras artistas que existieron mucho antes. Entonces el público era como de ¿qué me está queriendo decir? ¡qué aburrida!, entonces me apagaba porque no me entendían. Aparte para mí cada canción es seleccionada muy escrupulosamente, porque para mí significa algo que ya me había pasado en mi vida.
Sin embargo aprendí de esa experiencia y ya estoy empezando a darle a la gente lo que le gusta, pero sin yo perder mi estilo y sin dejar de poner música qué significa algo para mí.”
El drag como cambio social
La labor de Becky D´Vich no solo se queda en el espectáculo. Consciente de que hay mucho trabajo por hacer en el reconocimiento y la promoción de la no discriminación y el respeto hacia las personas, también se ha dedicado a dar talleres de sensibilización a través del drag.
Ha colaborado con marcas como Erectus y participando en diferentes centros universitarios dando charlas y talleres. Con ellos buscan generar un impacto social en las nuevas generaciones para que vivan de la manera en que ellos o ellas quieren vivir sin el temor a la crítica.
Uno de los mayores retos que ha experimentado en esta faceta de activismo, fue el día que dio el taller de “Un día como drag” en una escuela universitaria de ingenieros. Desde salir de su casa en drag, manejar en drag y llegar al centro universitario en drag, fue un reto importante para Damián y vencer al temor de ser señalado por ir en personaje.
Ya en el taller, notó que al principio todos se rehusaban a divertirse con los papeles de colores y las actividades que llevaba planeadas. En parte debido a los prejuicios que se tienen sobre los hombres para vestirse como mujer. Poco a poco las y los asistentes comenzaron a relajarse, para dar paso a la diversión. La sorpresa fue que tiempo después una señora que acudió junto con su esposo al taller, le escribió para darle las gracias. También uno de los chicos asistentes la sorprendió en un show con una camisa que traía impresa la imagen de Becky D´Vich.
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De esta manera ha podido constatar el poder del arte drag, para llevar mensajes de superación, de amor y de empoderamiento personal, seas o no parte de la población LGBTQ+. Actualmente colabora en el blog LGBT+ Rosa Distrito donde habla de su vida desde la perspectiva del drag y en eventos culturales.
También será parte de Jalisco Dragstory, un proyecto de drags cuentacuentos en bibliotecas. Los escenarios y todo el trabajo social es lo que le ha dado fuerzas a Becky D´Vich para poder seguir adelante, abriendo camino y posicionándose a nivel nacional dentro del mundo drag.