¡Ya es viernes! Hoy estrenamos la primera aventura de esta bonita columna: SOLTERA RECICLADA.
Como es bello siempre empezar por el principio, y recordar qué nos ha traído hasta aquí, les contaré un poquito de cómo perdí mi soltería con quien próximamente será mi EX MA RI DO CHAN CHAN CHAN.
Como ya vieron título de este primera entrega es una fecha. La fecha en la que entregué mi soltería a cambio de un sueño: una familia. Así es, yo me casé entre espasmos respiratorios, vestida de verde, con un moretón en el brazo izquierdo, con casi ocho kilos de sobre peso y un fleco espantoso. Eso sucedió un 16 de marzo de 2012 en una oficina maltrecha de la Ciudad de México, donde le dije que sí a Sr. H, así le vamos a poner porque pues siempre es bonito cubrir las identidades de la gente sobre todo cuando empiezas a escribir sobre ellos y no saben y además estás en pleno trámite de divorcio, casual.
Sr. H y yo nos conocimos a través de un amigo en común que nos presentó de una manera poco común: por teléfono. Sr. H recién exportado de Chihuahua necesitaba ser pastoreado, y yo con mi costumbre de recoger gente, pues ahí era. Y un día de febrero de 2011 nos encontramos en un restaurante frente a Parque Hundido. Llegué tarde porque me arreglé lo más que pude, esto movida por primer comentario de Sr. H cuando vio mi foto de perfil «¿Eres tú la de la foto?» me preguntó, «Sí» respondí con un poco de temor y pregunté «¿Por qué?» a lo que Sr. H respondió «Porque eres muy guapa, no te creo» lo primero que pensé fue «¡PENDEJO!» pero no dije nada, muy por el contrario permití que las primeras brazas de inseguridad se encendieran hasta convertirse en la hoguera que terminó por inmolarme durante los casi seis años que duró nuestro matrimonio.
Recuerdo vívidamente la primera vez que vi a Sr. H, pensé «Este es un hombre para quererlo siempre» y la verdad es que aunque me cayó el veinte mucho tiempo después, admito que me casé por amor. Así es, por acto de amor porque para Sr. H era importante casarse.
Sr. H y yo teníamos pocas cosas en común. Él odiaba los gimnasios, yo los amaba. Yo odio estar horas mirando videos, él era fan. Pero eso sí, a Sr. H le gusta leer y ya con eso me ganó, porque platicábamos mucho y nuestras diferencias se volvieron imperceptibles con el trato diario.
Sr. H se metió en mi departamento como la humedad y cuando me di cuenta ya estábamos viviendo juntos. Con Sr. H todo fue muy rápido. Nos conocimos en febrero, en abril nos hicimos novios, en junio vivíamos juntos, en diciembre de ese mismo año recibimos la noticia de mi embarazo y el 16 de marzo de 2012 celebramos nuestra boda como un nuevo inicio después de la perdida de nuestro bebé.
El hecho de que Sr. H y yo ya no estemos juntos podría significar un fracaso. Sin embargo el que nuestra historia haya sucedido me parece gran un éxito. No me arrepiento de haberme casado con él, ni de lo que vivimos juntos. Aprendí que el amor no fue suficiente para continuar, pero sí para dejarnos ir a buscar nuestra propia felicidad.
Nuestra historia oficial inicio un 16 de marzo de 2012, terminó un 10 de marzo de 2018 cuando Sr. H se fue de la casa seis días antes de nuestro sexto aniversario. Todavía falta la fecha que concluya nuestro lazo matrimonial aquel día de febrero será siempre el día en el que quiero recordar a Sr. H y seguir pensando que es un hombre para querer siempre.
¡Gracias por todo Sr. H!
¡Bonito fiiiiiiiiin!
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