¿Qué son? ¿Dónde guardan las fotos? ¿Qué pasó con los CD’s?
Está comprobado con notario: todo mundo tiene por lo menos una memoria USB. Ya sea porque la compraste o te la regalaron en la farmacia en la compra de dos cajas de paracetamol. Quizás tu mamá fue a una convención de polímeros de su trabajo y le regalaron diez, y te dió una de esas. ¡Quizás la encontraste tirada en la banqueta y no la has conectado a tu compu por miedo a que traiga un virus! Es entendible.
Desde unos años para acá, las USB han sido parte de nuestra vida diaria. Lejos están los días en los que la tecnología de almacenamiento de datos era cosa de profesionales; en el semáforo cuestan cincuenta pesos y traen todos los éxitos de Vicente Fernández, más otros cincuenta grupos de los cuales jamás has escuchado (uno de ellos es de hecho el cuñado del que te vendió la USB). Algunas traen películas, algunas traen videojuegos, otras traen cosas más riesgosas.
Como muchas cosas que usamos todos los días, había un momento donde esto no existía. Hasta hace poco más de diez años las USB no proliferaban tanto en nuestras vidas. Hace veinte años ni existían, y eran aún el sueño de John USB, creador de las USB (este dato requiere checarse)
También como muchas cosas que usamos diariamente, las USB han evolucionado, disminuyendo su tamaño e incrementando su capacidad y velocidad con cada nueva versión. Sin embargo, ¿qué son estos cuadritos que literalmente están tirados por toda mi casa? Acompáñenme, queridas lectoras, a descubrir la fascinante historia de esta noble tecnología.
¿Cómo almacenamos los datos?
Muchas generaciones antes de la nuestra, las personas se preguntaban cómo hacer que nuestras memorias y conocimiento durara por mucho tiempo. La primera forma de conservar nuestra información fue la tradición oral, y por siglos la única forma de saber la receta de pozole de tu abuelita era preguntarle cómo lo hacía. Después, la humanidad inventó la escritura, y obtuvimos el poder de conservar lo que decimos por siempre. La única variable parecía ser la velocidad a la que podíamos capturar la información, ya que muy poca gente sabía leer y escribir, haciendo que los libros fueran cosa de gente adinerada y culta.
En algún punto, Gutenberg inventó la imprenta (y si tienen curiosidad sobre la imprenta, les recomiendo ver este video de Youtube en el que Stephen Fry construye una desde cero.) La imprenta permitió que reprodujeramos muchísimo más rápido (y por mucho menos dinero) nuestra información. Después de esto, la humanidad empieza a avanzar a pasos agigantados. ¡Los requisitos para obtener conocimiento ajeno eran prácticamente nulos!
¿Te acuerdas cuando aprendimos que el sonido se empezó a guardar en cilindros de aluminio? Esta fue de las primeras invenciones que permitió guardar información que no eran dibujos o palabras. El sonido se grababa en forma de canales marcados sobre el aluminio y necesitaba una máquina para reproducirlo. Ahora podíamos guardar el sonido y reproducirlo de forma relativamente fiel (sonaba horrible pero, como todos sabemos, mejoró.) Y así fuimos desarrollando más y más formas de escribir y leer información de forma más eficiente y duradera.
¿Cómo guarda la información una computadora?
Por ay de 1725 un compa llamado Basile Bouchon se le ocurrió la idea de hacer tarjetas de cartón con hoyitos. Estas tarjetas entraban a una clase muy primitiva de “lectores” en máquinas de tejer o pianos que leían las tarjetas y ejecutaban instrucciones (de forma mecánica). Casi cien años después en 1827, Charles Babbage propuso la idea de usar estas tarjetas no sólo para instrucciones, sino para guardar datos. Estas tarjetas se usaron por buen rato (Desde 1890 hasta 1980. ¡Casi cien años!) y eran la forma principal de comunicación entre el humano y las computadoras que empezaron a proliferar a mitad del siglo pasado. En EEUU todavía se usan para votar.
Por ay de los sesentas se popularizó el almacenamiento magnético, el cual podía guardar más datos que las tarjetas de cartón en mucho menos espacio. Ya para los setentas y ochentas las computadoras podían funcionar con cassettes. Para los 90’s, las tarjetas eran prácticamente obsoletas y habían sido reemplazadas por varios tipos de cinta magnética, haciendo que las computadoras fueran cada vez más portátiles y fáciles de usar.
La cinta magnética dió pié a muchas otras invenciones con tecnologías similares o derivadas de la misma. Por ejemplo, los diskettes. (Link para los que no sepan que es un diskette. A mi me pidieron un buen de ellos en blanco en la primaria.) Son esencialmente cassettes aplastados con un protector de plástico para que no se pueda dañar fácilmente. Los medios magnéticos se graban con imanes y electricidad, y medios más modernos como los CD’s o DVD’s se graban y leen con luz.
Me parece importante mencionar aquí que el auge de las computadoras creó lo que conocemos como la era de la información. Cualquiera de nuestros antepasados estaría impresionado con la cantidad de información que intercambiamos el uno con el otro día con día, y la humanidad está en una carrera contra sí misma para desarrollar formas más rápidas cada día de transmitir y guardar información. Hoy en día, medimos nuestra información en Gigabytes o Terabytes, pero estos términos son muy recientes.
Pregunta extra: ¿Por qué guardamos en discos?
¿Te has preguntado por qué la muchos de los medios de almacenamiento son discos? Los discos de vinil, los CD’s, los Blurays e incluso el cassette (que son dos carretes dando vueltas). El disco es una forma muy sencilla de asegurar que la distancia a cualquier dato nunca está muy lejos. Los lectores de los medios de este tipo tienen un brazo o lector óptico que se mueve transversalmente al disco que gira. La información se guarda en círculos concéntricos ¿Te imaginas si toda esa información estuviera guardada en una línea recta? Sería una línea larguísima y tendrías que viajar a veces hasta el final de la línea para encontrar la información que buscas. La forma redonda asegura que podemos guardar mucha información en un espacio reducido.
¿Cuánto duran los datos?
Estamos muy acostumbrados a que nuestros medios de almacenamiento duren por siempre pero no es así. Muchos de los medios que usamos eventualmente perderán todos los datos que almacenamos en ellos por la degradación de los materiales que los componen.
Muchos factores pueden borrar, dañar o modificar los datos en los medios de almacenamiento que usamos. Los libros se pueden quemar, los discos se pueden borrar y los discos duros pueden ser víctimas de la lluvia. Los CD’s por ejemplo son susceptibles a rayaduras, al sol y a romperse.
Sin embargo, si grabas un CD y lo guardas muy bien en un lugar oscuro, frío y seco, te puede durar 30-100 años según los fabricantes. No hay forma aún de comprobar esto porque la tecnología no tiene tanto tiempo en el mercado, así que tendremos que esperar para saber.
La única forma que tenemos de calcular cuánto tiempo va a durar un medio es calculando la degradación de los materiales que lo componen. En este sentido, el M-Disc sigue siendo la mejor opción para guardar datos por mucho tiempo. Sus fabricantes alegan que su investigación indica que los datos en un M-Disc podrían durar hasta 1,000 años intactos, así que si andas buscando dejarle información importante a tus descendientes en 10-15 generaciones, ve consiguiendo uno.
¿Bueno y entonces que pex con la memoria USB?
La memoria USB llegó a nuestras vidas en el 2000 y ofrecía varias ventajas sobre sus primos redondos. Para empezar, usaban puertos tipo USB que ya estaban disponibles en muchas computadoras para conectar mouses, teclados etc. Esto hizo que la tecnología fuera fácil de adoptar tanto por los fabricantes como los consumidores. También a diferencia de los CD’s y DVD’s, no se necesita ningún brazo o lector óptico para leer una USB. Las USB’s y otros medios de almacenamiento de estado sólido guardan la información en unos mini componentes electrónicos llamados transistores.
Las computadoras guardan toda la información de forma binaria (es decir, como unos y ceros.) Los super pequeños transistores en las USB son capaces de guardar una mínima carga eléctrica, que le indica a la computadora si el transistor representa un uno o un cero. Obviamente, cada memoria USB contiene millones de estos transistores, listos para guardar para ti un uno o un cero.
Al final, una memoria USB es muy barata de producir ya que sólo cuenta con tres elementos básicos:
- Un chip de memoria (con los transistores ya mencionados)
- Un controlador para que la memoria USB sepa cómo escribir, borrar y modificar datos.
- Un conector USB para la computadora
¡Y ya! Ya acabaste de hacer tu USB. Además de todo esto, las USB se pueden escribir y borrar casi un número ilimitado de veces, no son afectadas por la energía electromagnética (bueno, la leve) y poco a poco (mediante vamos haciendo transistores más pequeños) pueden contener más y más memoria (La memoria USB con más capacidad es de Kingston y tiene 2 TB de capacidad.)
A comparación, los medios magnéticos y ópticos (como cassettes y DVD’s) se degradan cada vez que los grabas y son fácilmente dañados por la energía electromagnética. Aparte de que, si necesitas más memoria en un CD o Disco duro, la única solución es meter otro disco ahí dentro (como los discos duros que son en realidad muchos disquitos dentro de una cajita)
Todo esto permitió que la humilde y chiquita USB se ubicara fácilmente como la unidad de almacenamiento preferida de los seres humanos, y así llegamos a donde estamos ahora. Quién sabe qué nos depara el futuro. ¡Puede que en diez años estemos guardando los datos en nuestra huella digital, nuestro cabello o retinas!
¿Cómo te imaginas el futuro de la información? ¿Cuántas memorias USB tienes en tu casa? ¿Qué información contienen? No estoy tratando de sonar sospechoso, ¡sólo quiero que me dejes tu pregunta o respuesta en los comentarios!