Desde que era pequeña los cambios me han asustado, recuerdo que a los seis años me cambiaron de escuela y jamás voy a olvidar lo que sentí, en aquel tiempo no podía explicarlo, pero ahora sé que era ansiedad (si eres parte de los veintisiempre, vas a conocer este sentimiento muy de cerca) pensaba en todo lo que iba a dejar: mis amiguitos, la señora de la lonchería, mis maestras, el árbol del patio, las escaleras que no había usado lo suficiente.
Llegar a la nueva escuela fue raro, no me hablaban mucho, pero una niña que se llamaba Arianna me hizo plática desde el primer día y así empezó, ese fue el primero de miles de cambios en mi vida.
A veces me pongo a hacer un recuento de lo que he vivido y mi línea de tiempo es guiada por ciertos cambios porque siempre hay “esos” momentos ¿no? Momentos que te definen como persona y casi siempre es cuando le dices adiós a algo.
Entonces empiezo: el cambio de escuela a los 6 años, en la secundaria cambiaron mi grupo y no estaba con mis amigas, en la universidad cambié la idea de estudiar medicina para estudiar Marketing, después cambié de casa y me vine a vivir a Guadalajara y hoy llego a otro cambio, hoy cambio de trabajo y no puedo evitar sentir esta mezcla de felicidad y tristeza porque ¿Cómo le dices adiós a algo que te vio crecer? Y para mí el trabajo que dejo fue eso, una gran oportunidad de crecimiento en muchos aspectos, que recuerdo con mucho cariño, lo que me lleva a la segunda pregunta ¿Cómo le dices adiós a algo que quieres? Pensé eso por un par de días porque, aunque fue una decisión clara, no fue fácil, nunca es fácil decir adiós y la verdad es que sería terrible que lo fuera, cuando más nos cuesta dejar ir es cuando más efecto tuvo en nuestra vida esa cosa.
Una de mis primas me dijo alguna vez que hay que tener las manos vacías para poder recibir cosas nuevas y no dejaba de pensar en eso, entonces, después de muchas platicas no tan amenas les escribo esto siendo parte de una nueva empresa, en un puesto que me hace inmensamente feliz y con las respuestas a las preguntas del principio ¿Cómo le dices adiós a algo que te vio crecer? ¿Cómo le dices adiós a algo que quieres? Llena de agradecimiento y felicidad, no hay otra forma, a las cosas se les deja ir con alegría, porque el tiempo que nos acompañaron fue el suficiente. Hay un momento, en el que aceptas que duele un poco pero después te sientes tranquila. Dicen que crecer y estar cómodo a la misma vez es imposible y ahora lo entiendo más.
Dejar ir algo cada día puede ser una gran práctica, un pequeño adiós diario es un gran regalo para nosotros.
Yo le digo adiós a mi antiguo trabajo, a mi ansiedad y de cierta forma siempre tengo las manos un poquito vacías.
¿Cuándo fue la última vez que dijiste adiós?