Pagar por una entrada para ver a Joaquín Sabina vale la pena. El precio por un concierto se extiende a las mayores expresiones artísticas y una amena charla en la que, sin dar una sola mención, te marca con enseñanzas, bromas y vivencias.
El Auditorio Telmex fue testigo de ello. Sabina y compañía salieron en punto de las 9:15 p.m. para presentar 19 Días y 500 Noches, un álbum que salió al mercado en 1999, siendo uno de los más acogidos por el público del oriundo de Úbeda.
Sin más alargue, la velada inició con ‘Ahora Que’, mismo tema que abre el álbum, con ritmo latino y una guitarra simpática, similar al estilo del jalisciense Carlos Santana. La emoción fue total con un auditorio que presentó una entrada mayor a las 8,500 personas. Al finalizar continúa con la pieza homónima del disco.
Suena en los altavoces del foro y Sabina se siente acogido; agradece con una sonrisa y entonces recuerda: “esta canción es muy bonita, y la estrenamos en vivo aquí, en esta hermosa ciudad, hace ya algunos años. Claro, en aquel tiempo no había tantos móviles y todo era más bonito”, entonces el público se le entregó entre risas y aplausos, mientras otros sonrojados guardaron sus dispositivos.
‘Barbie Supertstar’ sigue con el show. Es un tema donde “el poeta de Úbeda” bromea con su saxofonista mientras éste ejecuta su solo, pues el músico está vestido en una falda escocesa que Sabina levanta mientras el instrumento suena. Terminado el tema, vino una nueva interacción caracterizada a Guadalajara: el español mencionó que hace alrededor de cuatro años no estaba por aquí, y la última vez que lo hizo tuvo que compartir ganancias con su colega Joan Manuel Serrat.
Otra mención de Sabina (ahora en temas deportivos) fue “yo quiero mucho a esta ciudad, pero estaba algo resentido porque el cabrón de ‘Chicharito’ nos bajó de la Champions”, en alusión a su afición por el Atlético de Madrid y la rivalidad con el equipo del futbolista tapatío.
La noche se fue entre las pláticas, anécdotas y comparaciones entre sus varios discos, como lanzamientos del público a Sabina; por ejemplo, ropa interior femenina que logró sonrojar al compositor y provocó que hiciera bromas sobre ello.
Pasados varios temas de la larga presentación, Sabina hizo mención a cada uno de sus músicos, destacando que no son de sesión ni sus amigos, que son su familia para él, y da una anécdota de cuando quiso incursionar en el rock y una banda llamada Los Alarma, a la cual pertenecía su guitarrista Jaime Asúa, a quien deja encargado de la voz del tema ‘El caso de la Rubia de Platino’.
Sabina regresó a finalizar la pieza y le dio rienda suelta a un tema inspirado en México: ‘Noches de Bodas’, en la que su saxofonista se enfunda un acordeón y su bajista un tololoche para ejecutar el tema que suena a ritmo de corrido clásico y con una letra digna de un bolero nacional.
Sabina y compañía guardaron lo mejor para el final: siendo las 10:54 p.m. regresaron al escenario para su primer encoré e interpretaron ‘El Boulevard De Los Sueños Rotos’ y ‘Princesa’. Después de eso se vuelven a retirar y la gente pide más. Entonces Antonio García de Diego, uno de los guitarristas de Sabina, regresó solo a interpretar ‘Tan Joven y Tan Viejo’, acompañado de su propia guitarra en la versión de un trovador completo.
Vuelve Sabina acompañado del elenco completo, y por fin ejecutan la más pedida de la noche, uno de los mayores éxitos: ‘Contigo’, para cerrar la increíble noche con ‘Pastillas Para No Dormir”, con la que se cumplieron dos horas y trece minutos de una más de las tantas noches memorables que “El Poeta de Úbeda” le ha dado a la perla tapatía, prometiendo que no será la última.
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Texto por: Salvador González Rico – @sgr_94
Fotografías de Antonio Zurita para Ka Volta